sábado, 17 de septiembre de 2022

Sobre Industrias, sindicatos, empleos de calidad y salarios dignos

 




Desde Una Extremadura Digna (UED) y el PSLF queremos llamar la atención para que los sindicatos más importantes de la región que viven a la sombra del gobierno regional y los servicios de inspección de la Junta de Extremadura intervengan y contribuyan a que se cumplan lo que de palabra reiterativamente manifiestan respecto a sus deseos de que vengan industrias a Extremadura que aporten desarrollo económico, empleos de calidad y salarios dignos, y en definitiva a que estén al lado de la clase trabajadora que es la que realmente crea las riquezas sociales.

1.- Es una realidad que la región extremeña por factores económicos estructurales se encuentra en posiciones desfavorecidas para la atracción de inversiones procedentes de fuera de nuestro territorio, lo cual es consecuencia de políticas que para nada han tenido ni tienen en cuenta las necesidades de la mayoría de la sociedad, al contrario, han sido favorables a los intereses de una burguesía que ha sido poco presionada, incluso favorecida por los sindicatos y por los propios gobiernos regionales.

2.- Desde UED y el PSLF rechazamos la idea bastante extendida de buscar una solución a nuestros problemas industriales recurriendo a lo que se nos vende hipócritamente como la generosidad de mecenas venidos de fuera para instalar emporios industriales, un pensamiento general bastante vendido por el poder mediático que ha logrado ser extendido y consolidado, pero que al fin y al cabo lo que demuestran es la incapacidad de quienes han dirigido la política extremeña durante muchos años para desplegar un aprovechamiento integral de nuestros bienes y servicios.

3.- El hecho de que se pretenda que vengan industrias, en abstracto, sin especificar qué tipo de industrias, queda muy bien, pero es una palabra vacía sin contenido; consideramos que no todas las inversiones valen, y hay que estar muy atentos a que las industrias que se quieran establecer contribuyan al desarrollo económico extremeño y al bienestar de su población, y no las que pretenden exprimir a nuestra fuerza de trabajo y nuestros recursos naturales. En definitiva, como se observa por la reacción de buena parte del pueblo extremeño se rechazan aquellas que buscan la apropiación seguido del destrozo de los recursos naturales.

4.- Lo que exigimos es que la propia Junta de Extremadura acompañada por el gobierno de España pongan en marcha procesos inversores que tengan por base el aprovechamiento de los recursos productivos autóctonos, agrícolas y ganaderos, el apoyo a nuestros empresarios, sin desdeñar aquellas otras que aporten empleo y riqueza para lo que es preciso el control del gobierno regional, de los trabajadores y de los representantes de la ciudadanía. 

4. En un orden de cosas relacionados con “el empleo de calidad y salarios dignos” sería muy necesario que representantes sindicales y políticos de la región extremeña movieran los resortes institucionales de los que disponen y entraran en contacto con los  trabajadores y trabajadoras para interesarse por conocer y corregir las condiciones laborales tan negativas que sufre una buena parte de la población trabajadora extremeña, que se mueve en subcontratas, empleos precarios, condiciones ambientales detestables, horas extraordinarias, salarios indecentes, etc.

5.- La experiencia de lo que sucede en industrias establecidas en nuestro territorio, en zonas muy concretas de Tierra de Barros, parece ser que es desconocida por los responsables políticos regionales y por los propios sindicatos próximos al gobierno regional, a pesar de las posibilidades que tienen debido a sus servicios de inspección y al control administrativo-laboral que debieran tener los dirigentes sindicales de la región en el interior de estas grandes empresas extremeñas

6.- Consideramos que debe ser un objetivo prioritario tanto para sindicatos como gobierno regional vigilar y controlar el cumplimiento en toda su extensión de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, sobre todo en lo relacionado con las condiciones ambientales por sus tremendas consecuencias sobre la salud laboral. En centros específicos de grandes empresas es excepcional que aparezcan Inspecciones de Trabajo ni tampoco se preocupan mucho los principales dirigentes sindicales a pesar de que conocen las circunstancias ambientales en las que se encuentran los trabajadores. Esta intervención debiera ser una labor primordial en algunos centros de trabajo de grandes empresas con dueños y directivos que reciben continuos honores y probablemente subvenciones de los organismos públicos.

 

 

 

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