martes, 26 de abril de 2022

Por un cambio radical en el poder político. Por la creación de empresas públicas.


Por una Banca Pública Regional y una Empresa Pública de Energía

Desde Extremadura Digna y el PSLF queremos denunciar el paraíso de inversiones que es el territorio extremeño para las grandes multinacionales españolas o extranjeras, y proponer estas dos cuestiones de primera magnitud para impulsar el desarrollo de nuestra región.

Las empresas bancarias saquean a los extremeños y extremeñas con las comisiones y descubiertos, por lo que no podemos cansarnos de repetir que la Junta de Extremadura y el gobierno central son responsables de esta rapiña. A todo lo anterior se le suma el abandono y cierre de las oficinas bancarias en las localidades de menor población, dejando sin cobertura a buena parte de la población para la tramitación de múltiples asuntos que requieren la presencia física.

Las Diputaciones Provinciales recurriendo a sus presupuestos, con dinero público, tratan de paliar, de diluir y sin denunciar ante la opinión pública, este abandono de las localidades pequeñas de la región por parte de las entidades financieras, colocando cajeros en los pueblos mediante conciertos con la Caja Rural de Extremadura.  Por este motivo, reclamamos la constitución de una Banca Pública Regional para que además de captar el ahorro de los extremeños y apoyar a su población y a sus empresas, evite todos estos problemas que cada vez con mayor intensidad irán creando las entidades financieras.

En el caso de las empresas eléctricas ocurre un tanto parecido, no sólo aprovechan los recursos naturales de nuestra tierra, sol y aire, montando instalaciones para obtener energía eléctrica con el apoyo de nuestras administraciones públicas, además cosechan una abundante plusvalía de nuestra fuerza de trabajo y nos venden la energía eléctrica al precio que quieren. Todo ello, con la justificación de que crean empleo para los jóvenes extremeños, pero sin asegurar riqueza y futuro. Pan para hoy y hambre para mañana, la costumbre de nuestros explotadores.

 Consideramos que parte de los beneficios que obtienen estas grandes empresas por la venta de la energía eléctrica y por la plusvalía obtenida de los trabajadores y trabajadoras tiene que destinarse a la mejora de la educación y la sanidad pública, asegurar la calidad de funcionamiento de los centros de mayores, y además para que la población extremeña pueda disfrutar de una energía eléctrica mucho más barata. En ese sentido, consideramos importante la creación de una Empresa Pública Energética con capacidad para intervenir en las diferentes fases de la producción y comercialización de la energía eléctrica.

Los trabajadores y trabajadoras de Extremadura de una vez tenemos que movilizarnos para superar el miedo, la censura y el soborno que aseguran una opinión pública zombi y sometida que, junto al debilitamiento y a la desarticulación de las organizaciones populares, aseguran la construcción de sociedades capaces de aceptar el paro y la precariedad masivos. El miedo como gran mecanismo de control, la represión, la militarización y la guerra es la única respuesta del capital a su gigantesca crisis.

Por un cambio radical de quienes controlan el Poder Político. Quienes estamos contra la explotación salarial y por otras relaciones sociales de producción, luchamos para que el poder político pase a manos de los trabajadores y trabajadoras para frenar el saqueo y el robo que las grandes empresas eléctricas, entidades bancarias, fondos de inversión y otras multinacionales, realizan con diferentes mecanismos, productivos, extractivos y comerciales del sudor del pueblo trabajador extremeño.

El estado de cosas no se puede ni se quiere modificar por los que actualmente tienen en sus manos la dirección de los asuntos políticos y económicos, bajo el amparo y la supervisión de una monarquía y unos aparatos del estado que son herramientas al servicio del capital protegiendo todas sus fechorías.

Los diferentes niveles públicos en los que se sustentan las élites burguesas, incluido el regional, se guían por una racionalidad que las beneficia y enriquece gracias a que controlan los diferentes sectores económicos; el resto de la población, clase trabajadora y pensionistas, sufre un crecimiento rápido de la precariedad, el desempleo y la pobreza. Las desigualdades sociales se acrecientan y sólo se pueden eliminar cuando haya una fuerza social poderosa y movilizada que luche por una racionalidad socialista contra la actual distribución de las ganancias y de los beneficios económicos. Ese es nuestro objetivo y en eso andamos..