Desde la ARDP nos hemos
opuesto siempre a que las ADMINISTRACIONES PÚBLICAS generalicen las medias
jornadas laborales en los planes de empleo público. No sólo es una forma de
repartir la miseria sino que además, da
legitimidad a las contrataciones basura.
Esta forma de SOBREEXPLOTACIÓN
tiene su fundamento en que aprovecha la desesperación del trabajador o de la
trabajadora para pagar sueldos indecentes.
No queremos que nuestros
representantes políticos sigan legitimando esta forma de proceder que tanto interesa a
los empresarios.
Como
se indica en LA MAREA(11 diciembre de 2014) sobre este asunto, valgan de
muestra las declaraciones realizadas en la Cadena SER por José
Luis Bonet, presidente de Freixenet, y recientemente elegido presidente de la
Cámara de Comercio, Industria y Navegación, al ser cuestionado por la
desigualdad existente en España que acompaña la levísima mejora de la macroeconomía.
Este señor nos ha soltado la perla de
que “Más vale cobrar 500 euros al mes que cero”.
Sin duda, en esta frase se resume el discurso y la ideología productiva de las
clases dominantes en éste país, es como si nos dijeran que tenemos plena
libertad entre elegir la miseria o la pobreza laboral.
Lo que ha caracterizado
al empresariado español durante esta crisis económica ha sido la devaluación de
los salarios y las condiciones de vida de los trabajadores convertidas en un
privilegio como única forma de productividad. Los medios de comunicación impregnados hasta
los hueso de la ideología neoliberal repiten la cantinela que tanto interesa a algunos “cualquier tipo y forma de trabajo es mejor
que estar en paro”. Sin duda, es el camino
que algunos empresarios han seguido para obtener buenos beneficios y acumular patrimonio y
riqueza. La situación actual obliga a que los trabajadores, algunos con alta
calificación, se vean en la necesidad de realizar largas jornadas laborales
cobrando míseros salarios.