sábado, 20 de abril de 2019

La oferta electoral de los próximos debates


Los medios de comunicación televisivos nos tienen super informados y nos recuerdan en sus programas puntas, minuto a minuto, el día y la hora en la que se van a celebrar los interesantes debates entre los dirigentes políticos del PSOE, PP, Cs y Podemos. Los asuntos y los debates se centrarán en hacernos ver quien de ellos ofrece “menos impuestos, más educación o libertad educativa, más empleo, más infraestructuras, qué hacer con los inmigrantes, qué formación política es la más dialogante y está más situada en el centro, con quien se va a pactar para formar gobierno, quien va a ser más duro y qué se va hacer ante la crisis territorial y con los independentistas, quien va avanzar más en el camino de la igualdad, etc..

No obstante, hay algunos asuntos que no aparecen y se puede afirmar, casi con plena seguridad, que ni aparecerán en los comentarios de los periodistas o de los dirigentes políticos; estas cuestiones, según nos dicen los expertos sociológicos, son de poco interés para el público, nos referimos a la Monarquía, los acuerdos con la Iglesia Católica, los presupuestos militares y la OTAN, la precariedad laboral o la pobreza infantil, los problemas de viviendas sociales y los desahucios, el crecimiento del fascismo, los exiliados y los presos políticos, la nacionalización de las empresas energéticas, la distribución de los fondos de la PAC,  etc.

Desde hace muchos años nos llevan diciendo que no es el momento ni la hora de debatir sobre estos asuntos; nos indican que son de poco interés para el público, y por eso, los omiten los diferentes medios de comunicación, los periodistas y políticos. No hay dudas, el sistema siempre tiene sus preferencias.

viernes, 19 de abril de 2019

El momento electoral y la represión contra las clases trabajadoras


La realidad virtual en la que las élites políticas y económicas quieren que vivamos se acentúa en estos días con un enorme espectáculo electoral, con mucho vodevil y comportamientos teatreros para llamar la atención y acaparar las audiencias televisivas. 
La pretensión de los grandes partidos políticos, de derecha, de izquierda y de medio centro, sostenedores de la Monarquía como Estado benefactor de las clases ricas y acomodadas,  es que las clases trabajadoras vivamos en un mundo paralelo e imaginario. Este hecho se pone totalmente al descubierto en períodos electorales. El engaño se hace visible y aparecen las promesas que adornan nuestras plazas y calles formando parte de una panorámica visual que a todas horas nos recuerdan los poderosos medios de comunicación.


Centrados políticamente en sus cosas, les importa muy poco que la pobreza y precariedad caiga como una enorme losa sobre miles de familias extremeñas.  Las aspiraciones electorales les mantienen absortos en promesas imaginativas con las que nos garantizan fabulosos trenes, modernas vías ferroviarias y enormes castillos de papel que al primer soplo de viento quedarán triturados y olvidados esperando la próxima campaña electoral. 


Mientras tanto, se intensifica la represión y la violencia contra las clases trabajadoras y las familias más humildes de Extremadura. A la precariedad y el desempleo, se unen las enfermedades resultado de las angustias e incertidumbres para poder hacer frente a los gastos de alimentación, luz, agua, teléfono, viviendas, siendo incapaces las entidades sociales de compensar un mínimo de tantas necesidades. 


Al espectáculo actual se une la clase empresarial extremeña que quiere aprovechar el momento político recurriendo a excusas y artimañas para aumentar la explotación laboral y pisotear un poco más los derechos laborales de la clase obrera. Y en estos trances, las instituciones Públicas de la Comunidad Extremeña les siguen la corriente, absortas en medidas burocráticas y haciendo uso de las justificaciones más burdas niegan y retrasan ayudas sociales básicas para el sostenimiento familiar como la renta básica o las ayudas al alquiler de viviendas, indispensables para que muchas familias extremeñas puedan subsistir.