1.- Señalo que toda la argumentación de las teorías
políticas o económicas no pueden dejar de tener en cuenta la lucha de clases, y
las contradicciones del modo de producción capitalista que en su desarrollo va generando
los múltiples problemas sociales que padecen las clases trabajadoras. Los
gobiernos de las formaciones sociales capitalistas diluyen y aplacan aquellas
crisis y necesidades recurriendo a políticas fiscales, monetarias, a la vez que
van creando instituciones supranacionales como la UE, el BCE vaciando la
soberanía y los poderes nacionales. Los parches con los que borran los
conflictos alargan e intensifican los riesgos de mayores trastornos y profundas
depresiones. Sin embargo, el sistema no se derrumbará por sí sólo. Nada nos
puede hacer olvidar que la destrucción del capitalismo y el avance hacia el
socialismo se conseguirá cuando hayamos articulado a nivel nacional e
internacional una poderosa fuerza política y social, capaz de instaurar un
Estado al servicio de las clases trabajadoras y sectores populares acabando con
la propiedad privada de los medios de producción y el derrumbe de todos los
aparatos que conforman el Estado burgués.
2.- La democracia no puede entenderse, no hay
democracia posible sin el derecho de los pueblos a la autodeterminación, sin la
libre decisión de aquellos pueblos que aspiran a su soberanía. Ningún partido
revolucionario puede ser imperialista; ninguna organización proletaria puede
dejar de reconocer el derecho de los pueblos a disponer de sí mismos, a luchar
por su liberación social y nacional. En nuestro caso, la tendencia hacia el
patrioterismo español es un peligro que debemos reconocer y combatir con todas nuestras
fuerzas. El nacionalismo español trata de hacer creer a los trabajadores que
sus intereses son los mismos que los de la burguesía, y para eso introduce en
sus mentes la ideología nacionalista de la España de bandera, pandereta y
crucifico mediante la educación, la cultura y a veces con los palos; la burguesía española quiere
que se entienda que todos los pueblos, el castellano, el andaluz, el vasco, el
catalán, el asturiano, el extremeño, son de su propiedad privada y están bajo
sus criterios, como los palestinos son propiedad de los sionistas, las mujeres
de los hombres, y todos somos propiedad del imperialismo yanqui. En el estado español, los sectores más activos
del pueblo catalán y del pueblo vasco luchan por la soberanía política de sus
territorios. La negación y condena de
esta lucha por su soberanía se lleva a cabo desde las propias burguesías
locales catalanas y vascas y por los sectores más reaccionarios del estado.
Este rechazo se ha cultivado intensamente desde los aparatos del estado, por
medio de la educación, la cultura, la iglesia y medios de comunicación, durante
todo el periodo franquista, la mal llamada transición democrática y continua en
la actualidad. El derecho humano a la libre determinación de las personas y los
pueblos, unido al derecho a la propiedad colectiva de los medios de producción,
es un peligro enorme para el derecho burgués a la propiedad privada, a la
tierra, a las industrias, a los bancos, a las culturas, a las universidades, al
control de la historia. El derecho a la soberanía de los pueblos a la autodeterminación
es algo más que un derecho democrático, trata de que el ser humano deje de ser
una mercancía, una propiedad privada en manos de la burguesía.
3.- En cuanto a la salida de la UE, y a su
transformación para lograr que sea un organismo al servicio de los pueblos, es
evidente que las burguesías europeas que deciden las políticas económicas no
van a facilitar un camino de rositas, en caso de salida de la UE. Las
variaciones que se producirán en algunos aspectos relacionados con la
industria, la agricultura, la inmigración, el dinero, o el turismo, tendrán una
notable influencia en nuestra soberanía económica y comercial. El
desarrollo de la producción capitalista, con la concentración y centralización
de capitales, lleva a un punto a que las burguesías de los países más
importantes de Europa tengan que proceder a la construcción de entidades
supranacionales, entre ellas la UE y el BCE, con el objetivo de organizar la
producción y distribución de mercancías para mantener las ganancias de sus
capitales. Estas entidades supranacionales necesitan vaciar de poder y de soberanía
a los países que las integran. De aquí,
que los aspectos anteriores nos deben llevar a considerar las dificultades y repercusiones
que tendrán en nuestra economía la salida de la UE. La UE es una organización con
un poder cada vez mayor que va vaciando y desmantelando el poder de los
gobiernos europeos; siendo una entidad que sirve a los intereses del capital y
que debemos transformar en una entidad al servicio de los pueblos y
trabajadores. El camino por seguir es el de la negación de la negación. Es
decir, la salida de la UE, recuperando nuestra soberanía, para establecer si
democráticamente el pueblo considera nuevas relaciones y un nuevo proyecto con
los países de la UE. Ambos procesos sólo serán posibles con la construcción de
una fuerza política y social poderosa en el estado español, con una
interrelación importante con las fuerzas políticas representantes de las clases
trabajadoras de los estados europeos; es decir, desarrollando una lucha
nacional por la soberanía ligada al internacionalismo proletario. Una barrera que superar en este proceso hacia
la soberanía nacional es la evolución antidemocrática que está tomando la
política y la economía europea, la presencia cada vez más visible de un estado
profundo europeo, como lo llaman algunos analistas internacionales, formado por
políticos, burócratas, lobistas, altos mandos militares ligados a la OTAN que
controlan la política de la UE. Esta cúpula dirigente está subordinada y a las
políticas de TRUMP. Las decisiones de los poderes americanos, está obligando a
la cúpula de poder europea a acentuar las decisiones antidemocráticas que
chocan cada vez más con los pueblos, en un intento de recuperación de las tasas
de ganancia potenciando la industria armamentística y de someter a otras
naciones imponiendo aranceles que las arruinen económicamente.
4.- Resulta demasiado sencillo el criterio que
sigue la TMM para la solución de problemas del desempleo, de la PAC, la
vivienda, etc. que los resuelve haciendo uso de la emisión de billetes por el
Estado, cuando aquellos tienen su origen en las contradicciones del modo de producción
capitalista, nacen de la lucha de clases, de los intereses de las clases
dominantes por incrementar sus ganancias sin tener en cuenta y despreciando los
intereses de las clases trabajadoras. En caso de la salida de la UE, la
alternativa a las ayudas a las rentas de los agricultores es la reforma
agraria, de la que huyen los partidos socialdemócratas y reformistas. Una
reforma agraria que expropie a los latifundistas y redistribuya la tierra entre
los agricultores para que se pongan en producción las miles y miles de
hectáreas sin producir que hay en Extremadura y en Andalucía, controlando los
factores productivos en manos de las Multinacionales, y estableciendo políticas
públicas que tenga en cuenta las necesidades de la población trabajadora del
campo como la calidad y cantidad de los servicios públicos, las construcciones
de viviendas, etc.
5.- El modo de producción capitalista
determina el tipo de Estado. El paso al socialismo dará lugar a otro tipo de
estado totalmente distinto. Cada modo de producción en la historia de la
humanidad ha tenido su forma de Estado, que es el más apropiado de acuerdo con
los intereses de las clases sociales dominantes. El día de mañana, cuando las
clases trabajadoras tengamos la fuerza política y social suficiente para acabar
con la dictadura de la burguesía nacerá el estado socialista. Para llegar al
socialismo no se logrará con una teoría monetaria, eso se consigue
intensificando la lucha de clases, a la cual renuncia la TMM.
6.- Lo que no se entiende es porqué la TMM no
la aplican y siguen los países con enormes problemas económicos pero que tienen
moneda propia, y personas con indudable formación económica. El problema
insisto, está en la lucha de clases nacional e internacional. El enorme bloqueo
con el que la oligarquía internacional somete a muchos países que aspiran a su
soberanía con la clara intención de apoderarse de sus ricos recursos naturales.
Países que han iniciado el camino hacia el socialismo. El ejemplo más evidente y
extremo de la agresión de clases es Palestina, también, el bloqueo a Cuba,
Venezuela, Nicaragua, Bolivia, son ejemplos de la opresión de las oligarquías
mundiales contra los pueblos y sus clases trabajadoras.
7.- En cuanto al trabajo personalizado como solución,
ya he señalado que el problema del desempleo nace de las contradicciones del
capitalismo, es algo estructural. Este problema no acabará hasta que no acabe
el capitalismo. La clase capitalista siempre necesita una reserva de mano de
obra en desempleo. En Extremadura conocemos desde los 80, el Empleo Comunitario,
luego el PER, ahora los Planes de Empleo Social o de Activación para el Empleo,
los subsidios agrarios. El estado recurre a estos mecanismos de subsistencia para
que la gente que por diversas circunstancias no puede acceder al mercado de
trabajo tenga algunos ingresos. El gobierno no ataca las raíces del problema,
nunca se ataca al núcleo de la cuestión, ni en este caso, ni en otros. En el
caso de Extremadura habría que llevar a cabo una reforma agraria integral que
toque la tierra y otros factores de producción en manos de las multinacionales
para satisfacer las necesidades de la población trabajadora.