lunes, 10 de mayo de 2021

LA NECESIDAD DE UN PARTIDO OBRERO INDEPENDIENTE DE LA MONARQUÍA Y EL CAPITAL


La izquierda oficial y el Gobierno no han asimilado los resultados electorales de Madrid, no reconocen que los responsables de la situación política son ellos mismos y sus aparatos antidemocráticos. La vicepresidenta Calvo y el ministro Arévalo, entre otros oráculos de la pseudoizquierda como el Sr. Monedero, se han destacado por echar balones fuera sin reconocer sus propias responsabilidades.

El epicentro de dicha crisis de dominación, que es también una profunda crisis de representación política, es sin duda el del principal partido defensor de la monarquía y de sus abusos de poder, la izquierda oficial compuesta por el PSOE de Pedro Sánchez, principal partido político del régimen.

“Somos la izquierda”, esta ha sido una de las consignas ficción del autobombo ”sanchista” que ha quedado ahora reducido a la nada. La recesión económica en medio de la pandemia y las políticas seguidas por el Gobierno han agudizado la desigualdad social y fomentado la miseria del paro y las colas del hambre.

No obstante, los planes de la supuesta “recuperación económica” aprobada por la Unión Europea, y sus 170.000 millones (destinados en nuestro país para los de siempre) exigirán a las clases trabajadoras toda una serie de contraprestaciones sociales prohibiendo la subida del salario mínimo, manteniendo las contrarreformas sociales del PSOE y del PP, y aumentando los impuestos para los trabajadores mediante el repago de las autopistas, así como la suspensión de la tributación conjunta en el IRPF, afectando a la economía de millones de familias trabajadoras.

Sacar las lecciones políticas de todo lo que está ocurriendo es imprescindible para que la mayoría social se enfrente a los planes de paro y miseria y a preparar las condiciones del cambio político.

Así, todo acontecimiento concreto de la historia de la lucha de clases está determinado por una serie de factores; sin duda, en este caso concreto, el factor más determinante de la actual situación política, es la ausencia de un partido obrero independiente de la monarquía y del capital.