1.- LA REACCIÓN A LOS
EMIGRANTES UBICADOS EN EL ALBERGUE DE MÉRIDA. Esta mañana nos hemos acercado a
Albergue Municipal de Mérida en donde se encuentran acogidos personas
procedentes de Senegal. Consideramos que tenemos la obligación de ofrecer
nuestra modesta colaboración, en la medida de nuestras posibilidades, a quienes
dirigen y están al frente de este alojamiento municipal.
También, conocíamos como
la OCDE ha exigido al gobierno español que hay que elevar el cómputo de las
pensiones a los 40 años, aumentar la edad de jubilación, subir el IVA, impuesto
que pagamos por igual los ricos y los pobres, los Botín, Galán y la clase
obrera como el resto de los españoles, la supresión de los beneficios fiscales
a los alimentos, los combustibles, la reducción del déficit público y los
salarios de los trabajadores.
Sin embargo, da la sensación que lo que viene de la OCDE y de la Unión Europea no se valora ni preocupa a los políticos ni dirigentes sindicales, ni mucho menos a la población a la que se tiene muy entretenida con la prolongación del cúmulo de las fiestas de verano, las juras de banderas y los desfiles militares en las que no falta la presencia de los curas. Aunque la Constitución tan defendida por los que no toleran a los inmigrantes afirma en el epígrafe tercero del artículo 16 que “ninguna confesión tendrá carácter estatal”.
Pero lo que preocupa a algunos sectores sociales es la llegada de unos cientos de
inmigrantes senegaleses a Mérida, y a otros lugares del país. Esta arribada a
Mérida, está propiciando una polémica alimentada por dirigentes políticos y
mediáticos encuadrados en los sectores más reaccionarios de Extremadura que no
han ahorrado tiempo para poner en funcionamiento la maquinaria que alimente el la posible alteración del sosiego y la paz que se viven en la localidad, y de paso el desprecio
con tintes de racismo y xenofobia hacia las personas que vienen del Sur Global.
Como ya conocemos, los mensajes de
repulsa que se utilizan son abstractos y mil veces repetidos para que sean fácilmente
asumidos, a sabiendas de que hay grupos sociales muy receptivos a este tipo de
propaganda.
2.- LAS FALSAS
HABLADURÍAS con las que se quiere provocar el rechazo popular a los inmigrantes
son frecuentes en nuestros pueblos y se apoyan en que aquellos reciben ayudas,
viviendas públicas y en general, se difunde que son muy bien tratados por las diferentes
administraciones públicas del estado español; en los corrillos populares se
alimenta la idea de que son “gentes” que están percibiendo una mayor protección
estatal que personas y familias extremeñas en estado de necesidad. Todo esto es
una sencilla farsa propagandística bien construida y organizada, aunque la
realidad no tiene nada que ver con lo que se divulga y vulgariza. Las leyes de
Extranjería no tienen en cuenta las dificultades que encuentra una persona o
familia sin recursos en un país extraño; los que llegan legalmente sufren
innumerables pasos burocráticos antes de encontrar un trabajo o un techo donde
resguardarse; a los ilegales que llegan clandestinamente “en pateras o saltando
la valla” se les mete en los CEIP, en chabolas, tiendas de campaña, albergues,
en naves localizadas en los campos para la vendimia y la recogida de aceitunas
sin las mínimas condiciones para la habitabilidad, amontonados en las
viviendas, sin facilidades para el acceso a los servicios públicos, o
simplemente “se les devuelve en caliente”. Los inmigrantes que reciben ayudas sociales son
muy, pero que muy pocos, son casos excepcionales que se pueden contar con los
dedos de la mano. Este hecho viene determinado por las propias leyes que rigen
el derecho a las ayudas sociales que exigen la estancia en el territorio
regional de unos tiempos determinados, y de un conjunto de requisitos
burocráticos de los que no disponen.
3.- EL NACIONALISMO
ESPAÑOL. La propaganda reaccionaria contra la inmigración recurre a la defensa
a ultranza de las esencias del nacionalismo español. Pero no nos engañemos detrás
de este chovinismo carca y retrógrado se esconden los intereses de los
propietarios de los medios de producción y de comunicación; el patriotismo lo
que hace realmente es diluir y ocultar los intereses económicos y sociales de
las clases dominantes. Los mensajes que
criminalizan a las personas que vienen del SUR GLOBAL (África, Asia, Oriente
Medio y países más pobres de Europa), encuentran un caldo de cultivo en aspectos
laborales o problemas individuales derivados de comportamientos puntuales que difundidos
hasta la saciedad dan lugar a lo pretendido: rechazo social y cultural al
inmigrante.
4.- LA ECONOMÍA SUMERGIDA.
La burguesía y sus medios de comunicación acorralan a la población trabajadora
foránea y crea las condiciones para exprimirla laboralmente. La necesidad de
vivir condiciona todos los factores para que se imponga más de lo que ya está la
dictadura del salario. Los propietarios de las tierras, las fábricas y en
definitiva los que ofrecen los empleos aprovechan su posición privilegiada en el
mercado laboral para activar la división de la clase obrera y acabar con los
derechos laborales. Así, no es nada excepcional que adquiera relevancia la
contratación de fuerza de trabajo en un mercado laboral informal, con una
economía sumergida que en nuestra región alcanza al 30 % de la población
activa. Un chollo para los explotadores que imponen la jungla salvaje de la
explotación al disponer de abundante mano de obra en el mercado; pagan salarios
bajos, no cotizan a la seguridad social, imponen horarios laborales que superan
ampliamente a las jornadas establecidas legalmente, y en algunos casos las
tareas laborales se realizan en unas condiciones ambientales que son excesivamente
perjudiciales para la salud de los trabajadores y trabajadoras.
5.- LAS DESIGUALDADES
TERRITORIALES. El colonialismo y el neocolonialismo aportaron las riquezas y el
patrimonio que conformaron las bases para el desarrollo capitalista del mundo
occidental. El saqueo a los largos de los siglos de los recursos materiales y
la explotación esclavista de las colonias de América, África, y Asia dieron
lugar a las enormes desigualdades territoriales con el empobrecimiento y la
miseria de aquellas, y un elevado nivel de vida de los países colonizadores.
Por lo que puesto a
valorar se puede afirmar que el conjunto de las ayudas que puedan recibir de
las administraciones públicas locales, regionales o estatales no tienen punto
de comparación, son una gota de agua, con las enormes y arrolladoras contribuciones
de los pueblos colonizados al estado económico y bienestar del Occidente. La
extracción de beneficios se mantiene en la actualidad por medio de las
multinacionales y grandes de empresas que operan en las antiguas colonias. La
competencia comercial, industrial, tecnológica, etc. entre las burguesías
imperialistas para saquear y expoliar las riquezas de las naciones del SUR
GLOBAL ha sido una constante a lo largo de los siglos, las guerras e invasiones
militares, las enormes matanzas humanas, los golpes de estado, todo este
conjunto de desmanes criminales, provocan desplazamientos masivos de la
población. En definitiva, son las clases acomodadas, las burguesías nacionales
e internacionales propietarias de los medios de producción, quienes crean las
condiciones para empujar a las poblaciones de aquellos países a la emigración
huyendo de la guerra, la miseria y el hambre.
6.- LA INMOVILIDAD DE LAS
FORMACIONES DE IZQUIERDA. Las formaciones de izquierda que sostienen el
gobierno del estado no están dispuestas a combatir la propagación del fascismo
en nuestras sociedades. Esta falta de respuesta e colaboracionismo, está dejando
un camino abierto para que cuaje el desarrollo y la propagación de las ideas y
acciones autoritarias, xenófobos y racistas en algunos grupos sociales de la
población extremeña y española. No hay una reacción cultural e ideológica que
combata la divulgación de estas ideas y explique claramente las causas de por
qué estas personas se desplazan arriesgando sus vidas hacia los países
occidentales para encontrar otro mundo en donde sea posible vivir en paz y con
bienestar.
7.- LOS DERECHOS DE LOS
SERES HUMANOS A UNA MOVILIDAD EN BUSCA DE UNA EXISTENCIA JUSTA Y DIGNA Un
proyecto vital que está por encima de todos los tratados, de todas las normas y
reglamentos que tiene como argumento la defensa de los derechos humanos, el
bienestar y la justicia, y en este caso concreto, el hecho de que todos los
seres humanos tenemos derecho a vivir en cualquier lugar de la tierra, y por
tanto, el derecho a la movilidad de un lugar a otro en busca de la felicidad y
el bienestar. La solidaridad y
fraternidad se rompió en el momento en que apareció la propiedad privada; la
guerra, el secuestro de hombres, mujeres y niños para disponer de esclavos que
trabajaran la tierra e incrementaran las riquezas y el capital. Por eso, la libre
movilidad de los seres humanos está prohibida por quienes tienen la posesión de
la tierra y de la riqueza. Por eso la justicia de la humanidad trabajadora está
en conseguir que todas las personas puedan desplazarnos libremente y a ser
acogidos en cualquier territorio, sólo por el hecho de ser seres humanos. La
solidaridad y la fraternidad es un sello que tenemos todos los seres humanos
que antes o después nadie logrará detener, ni los países más poderos ni lo que
se llaman falsamente democracias civilizadas.