lunes, 27 de diciembre de 2021

BREVES NOTAS SOBRE LA REFORMA DE LA REFORMA LABORAL DE 2012

 

A pesar de la propaganda que están realizando los medios de comunicación ligados al gobierno del PSOE y de Unidas Podemos sobre el acuerdo alcanzado en la reforma laboral, la realidad es que los puntos de este acuerdo ofrecen muchas dudas de que esta reforma mejore las relaciones labores para los trabajadores y trabajadoras tal y como nos están vendiendo.

Muy probablemente, en poco tiempo, a pesar de la grandilocuencia de Yolanda Díaz y sus palmeros, quedará meridianamente claro que este acuerdo deja intacto, sino a peor, la reforma laboral del PP, y es una cesión en toda regla a las presiones de la Patronal y de la Unión Europea.

Los objetivos de la Reforma Laboral de 2012 realizada por el PP pretendían incrementar el poder de la clase empresarial y la división de la clase obrera para explotarla más fácilmente y con más intensidad. Así, Rajoy en su decreto modificaba las condiciones y requisitos para facilitar y disminuir el coste de los despidos, rebajar los salarios y limitar el alcance de los convenios colectivos.

En síntesis, lo acordado en estos días viene a ser una copia de los acuerdos de la Unión Europea con el gobierno para recapitalizar con fondos públicos a los bancos y a las grandes empresas. Se entiende entonces que la Sra. Calviño vaya a ocupar puestos importantes en el FMI, en concreto la presidencia del Comité Económico y Financiero

En relación a algunos puntos de la reforma acordada en estos días, tenemos que señalar:

1.- Los expedientes de regulación de empleo y de suspensión temporal de la relación laboral, la facultad de aprobarlos o rechazarlos que tenía antes la Administración Laboral permanecerá trasladada a la dirección de las empresas, privatizándola en perjuicio de la clase obrera.

2.- El acuerdo no modifica nada de las drásticas reducciones de las indemnizaciones por despido fijadas en la reforma de 2012, y continúan suprimidos los salarios de tramitación en caso de despido improcedente.  

3.- Por mucho que se diga que con esta reforma  se reduce la temporalidad y se potencia el contrato indefinido, la realidad es que con las ridículas indemnizaciones de los despidos improcedentes, y además manteniendo la opción entre readmisión y extinción del contrato a favor de la empresa en los despidos contrarios a derecho, en la práctica los contratos indefinidos serán temporales, y sobre todo teniendo en cuenta que no hay intervención de la administración laboral ya que todo queda en manos del empresario.

4.- No se cambian los artículos 41 y 82 del Estatuto de los Trabajadores, que permiten a los empresarios modificar unilateralmente las condiciones de trabajo o dejar de aplicar un convenio colectivo vigente. Es decir, queda inalterada la ampliación de las causas económicas que permiten los despidos en los supuestos de descenso de beneficios o con la simple previsión de que las empresas puedan tener pérdidas.

 

5.- Se sigue permitiendo que en los contratos a tiempo parcial se puedan hacer las horas extras, a pesar del desempleo existente. Hasta la fecha ha sido frecuente que en ciertos sectores laborales un importante número de empresarios, sobre todo de la hostelería, de la agricultura, de los servicios de limpieza y de otros sectores, hayan obtenido ganancias desorbitadas firmando contratos de 20 horas y obligando después a sus asalariados a realizar las jornadas que les de la real gana, disfrazadas como “horas extras” completamente legales.

6.- El período de prueba a los trabajadores por un año se sigue manteniendo; durante este período de tiempo los patronos pueden despedir al trabajador sin indemnización.

7.- Las ETT seguirán actuando como agencias de colocación, equiparándolas a las oficinas públicas de empleo.

8.- Desaparece el contrato por obra y servicio y en su lugar aparece el “contrato temporal estructural”, que seguirá utilizándose según el libre criterio del empresario. No obstante, la duración máxima de este contrato se reduce de tres a un año, pero hay que recordar que los contratos temporales no se han reducido en absoluto cuando el límite era de tres años, por lo que nadie asegura que los empresarios se buscarán las triquiñuelas para continuar con los contratos temporales.

9.- El contrato fijo-discontinuo se mantiene como tal, teniendo en cuenta que las facilidades y abaratamiento del despido establecidos en la reforma de 2012 dan pie a que los empresarios puedan establecer los períodos de trabajo y el orden de llamada a la reincorporación de los trabajadores y trabajadoras.

10.- No se pone límite a la precarización vinculada a la subcontratación, puesto que cuando la empresa subcontratista tenga convenio prevalecerá este último, lo que quiere decir que estas empresas intentarán firmar convenios mínimos, a la baja, rápidamente.

11.- El restablecimiento de la ultraactividad de los convenios y de la prevalencia del convenio sectorial sobre el de empresa, será sólo en materia salarial. Algunos sindicatos señalan que los empresarios han aceptado esta concesión con la confianza en que CCOO y UGT firmarán o han firmado ya convenios sectoriales a la baja, igual de malos que los de empresa.

12.- En la reforma de la reforma se crea un nuevo artículo 48 bis, para que en ciertos momentos complicados el Consejo de ministros pueda activar lo que se llama el MECANISMO RED DE FLEXIBILIDAD Y ESTABILIZACIÓN DEL EMPLEO que no es otra cosa que una transferencia de dinero público a manos privadas, puesto que facilita a todas las empresas que ajusten sus jornadas de trabajo con exenciones en las cotizaciones a la Seguridad Social de hasta un 90 % y con salarios pagados por el SEPE. Nuevos ERTES.

En definitiva, la reforma de la reforma laboral de 2012 si se mantiene en pie, viene a ser una tomadura de pelo que no tiene nada que ver con las demandas de la clase trabajadora, ni con las exigencias de los sindicatos que no están atados al carro del gobierno por más que se intente presentar como un avance en los derechos y en las condiciones laborales de los trabajadores y  las  trabajadoras.

Lo que se deduce de todo esto es la necesidad de construir una FUERZA POLIÍTICA y SOCIAL que sea capaz de organizar la derrota de los deseos de enriquecimiento de la burguesía que encuentra su apoyo en partidos que instalados en el gobierno y en el parlamentarismo hueco y de teatro se olvidan de sus promesas electorales.