lunes, 29 de noviembre de 2021

VALORACIONES DE LA HUELGA DE LOS TRABAJADORES DEL METAL EN CADIZ

 

La experiencia realizada por la mayoría social con la huelga general del metal en Cádiz debe poder ser expresada en términos de demanda de cambio político y social. Es muy fácil, pero no cierto, echar la culpa de la represión solo a la policía, así como culpar de las sentencias antidemocráticas solo a los jueces. Argumento manido que no deja de ser utilizado por aquellos partidos que gobiernan, teniendo mayoría en Cortes para decidir, y por tanto para legislar acerca de las demandas populares.

Son muchos años de atropellos que conocemos a las libertades democráticas destinados a impedir la conquista de las reivindicaciones sociales. El binomio represión-explotación es de sobre conocido como recurso muy utilizado históricamente por todos aquellos que desean mantener los privilegios del poder político, y con él prolongar la explotación y la opresión.

En Cádiz, había varias cuestiones fundamentales en juego, a saber: la lucha por el aumento salarial frente la miseria social, la exigencia de poner fin a la precariedad; y con ellas la necesidad de poder hacerlo con la libertad y democracia necesaria, tanto en el movimiento obrero, como en la sociedad.

La “tanqueta” militar del Gobierno ha tratado de dejarlo todo en manos de la criminalización de los trabajadores y de la represión.

 El convenio firmado por las cúpulas de CCOO y UGT se ha realizado en estas anómalas condiciones, consultándose solo a los delegados y no a los trabajadores, cuando el convenio afecta a todos; de manera que ha dividido a los trabajadores sin resolver los principales problemas en discusión. Un sector de trabajadores y organizaciones no vinculadas al poder se han opuesto a lo acordado en el convenio convocando a tal efecto una Asamblea libre y abierta para poder decidir democráticamente.

El éxito de la huelga indefinida del metal gaditano dependía de la capacidad de aguante de los trabajadores, que viven al día y no pueden estar semanas sin cobrar, y por tanto la continuidad de la huelga dependía materialmente de la existencia o no de caja de resistencia y del apoyo y solidaridad económica de los demás trabajadores. Tradiciones obre[1]ras que los actuales dirigentes de los sindicatos oficiales olvidan, dejando a los trabajadores a merced de la miseria cuando se declaran en huelga. La necesidad de caja de resistencia es una de las medidas materiales que hacen que la victoria de las reivindicaciones sea o no posible.

Formando parte de la necesidad de Asamblea General de los huelguistas, con la constitución del instrumento de unidad, democracia y lucha que representa el comité de huelga, elegible y revocable, integrando a los sindicatos y organizaciones que la apoyan.

 La prohibición de la Delegación de Gobierno de una concentración en Madrid de partidos y sindicatos, en solidaridad con los metalúrgicos de Cádiz, indica que lo de la tanqueta empleada para reprimir la huelga de Cádiz, así como los gases lacrimógenos, los gases pimienta, y el disparo de bolas, y el reparto de porrazos…, no son, en ningún caso una anécdota sino el eje mismo de la política antisocial de quienes gobiernan. En tanto que el Gobierno ha criminaliza[1]do y reprimido la huelga de los trabajadores más allá de Cádiz, tratando de prohibir la solidaridad de otros sectores, como ha sido el caso del apoyo de estudiantes y sanitarios de la Bahía, es imprescindible que se pida cuentas a Sánchez y a sus ministros en las Cortes, por parte de los grupos parlamentarios que reclamándose del cambio político y por tanto de la república, o republicas; rechazan la represión policial, y las prohibiciones antidemocráticas, exigiendo la dimisión de todos los responsables políticos y policiales. ¡Alto al atropello de los derechos laborales y democráticos por parte de quienes se reclaman de los derechos de los trabajadores! La miseria salarial y la precariedad afecta de hecho a muchos millones de trabajadores. Los despidos no hacen sino multiplicarse, tanto en el sector público como en el priva[1]do.

 

 

 

 

 

POR LA SUPRESIÓN DE LA LEY MORDAZA Y LA CONTRARREFORMA SOCIAL DEL GOBIERNO

 


    De la misma forma que el Gobierno ha conseguido la mayoría necesaria para aprobar los Presupuestos, podría haber derogado ya las contrarreformas sociales y la ley mordaza, pero- que casualidad - no lo hace- y las sigue manteniendo en vigor; y aún maniobra para no derogarlas, para darles un barniz de reforma que sigan sirviendo a los objetivos de la patronal y al mismo Estado, del Estado policial.

El Gobierno, con sus presupuestos en la mano (dictados por la Unión Europea en interés de los grandes empresarios), prorrogan la contrarreforma social con la privatización de las pensiones; el desmantelamiento de la sanidad como sucede con la atención primaria, y con la misma educación…Impidiendo la renovación de todos los contratados de las administraciones, cuando vuelve una nueva ola de pandemia que exigiría la contratación, y no el despido de trabajadores en servicios públicos esenciales. Las listas de espera hospitalaria, las restricciones en centros educativos, los desahucios y lanzamientos diario de 122 familias de sus casas no van si no a provocar nuevas huelgas y movilizaciones.

 Reclamamos el libre derecho de huelga y de manifestación; ya que no ha sido sino a través de la movilización general que nuestra sociedad ha avanzado social y políticamente, siempre con el impulso de los trabajadores. Recordemos los logros de las grandes huelgas de nuestra historia, como la jornada de 8 horas, conseguida tras 44 días, en 1919, por la huelga general de “La Canadiense”, las huelgas mineras asturianas en plena dictadura franquista… Y la más amplia de las huelgas generales celebradas, la que tuvo lugar en 1988 contra el Gobierno de Felipe González para tratar de impedir la extensión por ley de los empleos basura, que se acabaron imponiendo.

La huelga general es el arma principal de la lucha social de los trabajadores. No podemos, por tanto, dejar de citar la Huelga General Revolucionaria de 1917, convocada contra el gobierno de la Monarquía de Alfonso XIII, y dirigida por CNT, UGT y el mismo PSOE; con un Comité de Huelga estatal integrado, entre otros, por Francisco Largo Caballero. Una pregunta hay que formular al respecto: ¿De qué tradición obrera y democrática (de huelga) se reclaman los actuales dirigentes de PSOE y de UGT? Esperamos la respuesta. ¿