1.- La ofensiva de la
Oligarquía española contra la clase trabajadora es de tal magnitud que no sólo
se manifiesta en la precariedad salarial, en la subida de los precios de los
alimentos, combustibles y precio del dinero, sino que tiene su expresión más plausible
en los enormes beneficios que está obteniendo la Banca, los seis titanes
bancarios de la esfera privada, Santander, BBVA, CaixaBank, Sabadell, Bankinter
y Unicaja, que según los expertos superaran ampliamente los del ejercicio
anterior.
Este estado de cosas
adquiere cada vez más fuerza y poder para la oligarquía ante un proletariado desorientado,
sin partidos políticos ni sindicatos que realmente representen sus intereses, y
que hagan frente al ataque de las clases dominantes.
El impuesto transitorio
que el gobierno impone a los beneficios bancarios para 2023 y 2024 del 4,8 % de
los márgenes financieros, intereses y comisiones, siempre que su volumen total
supere los 800 millones, lo que no llega a ser ni un cosquilleo que altere lo
más mínimo la redistribución de la riqueza ni tenga un significado importante
en los presupuestos del Estado.
La clase dominante, los
banqueros, tienen muy claro lo que es la lucha de clases y no quieren perder la
vida que tienen y aquello que les permite mantenerse y dirigir las estructuras
de poder. Por esto quieren controlar los medios de comunicación al objeto de
dirigir el pensamiento y la opinión de las gentes. Esto va a seguir siendo así
mientras los burócratas que están al frente de los sindicatos del régimen y de
los partidos que se llaman de la Izquierda sigan ajenos a la lucha de clases y
de los intereses de la clase obrera y sectores populares.
Lo que tendremos que
desengañarnos es que mientras los currantes no comprendamos que tenemos que
tener organizaciones que sean nuestras, que nos representen a nosotros y a
nuestros intereses, no hay nada que hacer, seguiremos por el camino que nos
marque la oligarquía, sus sindicatos y sus partidos políticos.
2.- La Oligarquía está
encontrando un filón en la formación de gobierno para inclinar la opinión
pública hacia posiciones reaccionarias y conservadoras. Sus medios de
comunicación trabajan a destajo resaltando los valores patrios, resuenan cada
vez con más fuerza las voces de que somos “una, grande y libre”. Con lo que
estamos escuchando en las calles, la Ley de la Memora Histórica, si ya nació
coja, ahora está anulada y en la papelera.
El clamor medieval crece
mientras se alarga la negociación del PSOE con JUNTS. Negocian una ley de
amnistía de la que no conocemos su alcance y extensión, pero puestos a imaginar,
conociendo las aspiraciones de los políticos que se sientan a ambos lados de la
mesa como fieles representantes de la burguesía, no podemos esperar gran cosa.
La derecha política y
social aprovechando esta negociación ha lanzado sus huestes a la calle. En el
fondo las movilizaciones buscan el fracaso de la formación del gobierno PSOE-SUMAR
y para ganar terreno electoral. Las manifestaciones y concentraciones proceden
de convocatorias de diferentes plataformas derechistas y reaccionarias, salen a
la calle, se concentran en las puertas del PSOE y de las delegaciones del
gobierno gritando y denunciando esos posibles acuerdos de los que aún no se conoce
ni una palabra.
El PSOE se siente acorralado
y presionado, cerrando sus sedes e intentando acelerar la negociación para
salir de una situación que permite a la extrema derecha de VOX acumular fuerzas
con el pastoreo del PP.
En una democracia
burguesa todas las organizaciones políticas, sindicales y sociales tienen
derecho a las movilizaciones dentro de un orden que establecen las leyes aprobadas
en los parlamentos liberales. Por tanto, no nos sorprendamos, los grupos tradicionalistas
y reaccionaros tiene todo el derecho del mundo a manifestarse en la calle con
los límites de las leyes y normas aprobadas por el Estado Burgués.
Sin embargo, la experiencia nos dice que en
cuestiones claves para los intereses del conjunto de la burguesía: desahucios,
reivindicaciones laborales en los centros de trabajo, inversiones públicas, comportamientos
que ponen en duda y bajo crítica a la propia monarquía, etc. los
comportamientos del conjunto de los aparatos del estado, policiales, judiciales,
administrativos, sobrepasan los derechos fundamentales de las personas y adquieren
un comportamiento represivo que no muestran en otras movilizaciones (organizadas
por sectores derechistas) que no suelen implicar peligro para el poder burgués.
Los comportamientos del Estado no son neutros y tienen una inclinación clara y
específica según las movilizaciones políticas y sociales.
Pero lo que no están
haciendo el gobierno y el PSOE, ni los otros partidos implicados en la
formación del gobierno más progresista del mundo mundial es explicar cómo va a
ser la amnistía y a quien va a favorecer. Es decir, no están queriendo ganar a
la opinión pública. La política que se está siguiendo para la formación de gobierno
no se está explicando. Y entendemos que no se explica porque la amnistía que se
quiere hacer es una chapuza que va a afectar sólo a un grupo reducido de
personas relacionadas con el proceso catalán de 2017.
Pedro Sánchez no tiene
intenciones de hacer una amnistía completa que tenga en cuenta a todas las
personas que ahora están en las cárceles, denunciados o esperando juicios por
motivos políticos y laborales, por haber sido consecuentes con la libertad de
opinión y de expresión, por haber defendido derechos laborales o sociales.
La forma de combatir las
movilizaciones de la derecha es ganando a la opinión pública, ganando a las
clases trabajadoras y sectores populares para la defensa de la libertad y la
democracia en vez de estar encerrados en las sedes, esperando que JUNTS y Pedro
Sánchez lleguen a un acuerdo para la formación de gobierno.
La forma de parar las
movilizaciones y el crecimiento de la derecha y extrema derecha es con una
amnistía total que anule los efectos de la Ley Mordaza y elimine todo tipo de
denuncias por movilizaciones anteriores, por luchas sindicales, por denuncias
de la corrupción y de la Monarquía, por las denuncias a los activistas que han
intentado parar los desahucios, etc.
Ahora nos encontramos en
el momento perfecto para ganar terreno de libertad y democracia, buscando el
apoyo en la mayoría de la población, proponiendo una verdadera Ley de la
Vivienda, una anulación de la Reforma Laboral, un Programa de Empleo para las
regiones más atrasadas del país, un incremento de las Becas de los Alumnos y reducción
o eliminación de las tasas universitarias. Ahora es el momento para políticas
progresistas sin miedo para derrotar y anular a los sectores más conservadores
del aparato judicial, de la policía y del ejército, se derrotará al fascismo.