jueves, 5 de marzo de 2020

MANIFIESTO DEL PSLF ANTE DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER




El Día Internacional de la Mujer se celebra el domingo 8 de Marzo de 2020. Es una fecha del calendario destinada a reconocer a las mujeres como artífices de la historia y de la lucha por su liberación e igualdad con el hombre. Durante esta jornada millones de personas se unen para conmemorar y reivindicar este gran evento.



Aunque la idea de un día internacional de la mujer surgió a finales del siglo XIX, en plena revolución industrial y durante el auge del movimiento obrero, el origen de esta efeméride se remonta a 1910, cuando la Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas decidió sobre la propuesta de Clara Zetkin y para recordar a las huelguistas neoyorquinas asesinadas por su patrón, fue aprobada por unanimidad que el 8 de marzo sería el “Día Internacional de la Mujer Trabajadora”. Esta conferencia se celebró en Copenhague y pretendía luchar por la igualdad de los derechos de la mujer, en especial por el reconocimiento del derecho al voto en aquella época.



El día de la Mujer fue establecida por la ONU en el año 1975, y en 1977 se proclamó el 8 de marzo como el “Día Internacional por los Derechos de la Mujer y la Paz Internacional”.



La historia de la mujer está en buena medida sesgada por quienes la contaban, los hombres. El Día Internacional de la Mujer se refiere a las mujeres corrientes y trabajadoras como artífices de la historia y hunde sus raíces en la lucha plurisecular de la mujer por participar en la sociedad en pie de igualdad con el hombre.



Desde el año 2003, año en que empiezan a registrare las cifras oficiales de violencia de género, tenemos 1.044 mujeres asesinadas, además de 43 menores. 11 mujeres y una niña en lo que llevamos de año, según datos de la Delegación de Gobierno Contra la Violencia de Género. Cifras más que escalofriantes, insoportables para un Estado de Derecho.

Las agresiones sexuales con penetración cometidas en España aumentaron un 22,7%. De enero a marzo de 2019 se han puesto en conocimiento de los agentes judiciales un total de 3576 delitos sexuales, frente a los 3.011 que se denunciaron en el mismo periodo de 2018.



España se sitúa en cabeza del consumo de prostitución con un gran vacío el vacío político y legal. Podría ser el tercer país después de Tailandia y Puerto Rico en este consumo. La lucha contra la trata de personas con fines de explotación sexual tiene que ser prioritaria. Los estudios indican que hasta el 90% de las prostitutas ejercen esta actividad de manera forzada y de sus cuerpos se lucran, por tanto, las mafias y los proxenetas.



Pero no solo basta la lucha contra la trata, tiene que haber medidas concretas para la abolición de la prostitución como medidas de protección a las víctimas, que son las mujeres prostituidas, y cayendo todo el peso en consumidores de sexo y proxenetas. La mercantilización del cuerpo de las mujeres es el principal objetivo del ultraliberalismo capitalista, y ellas son el 52% de la población. En esta esclavitud tienen como recursos:



1. La prostitución

2. La pornografía

3. Los vientres de alquiler.



Desde estas tres armas a las mujeres se las esclaviza y se las somete como si fueran opciones de trabajo.



La brecha salarial en el Estado español, se sitúa en el 21,9%. Casi 5.800 euros menos al año en el salario de las mujeres. A la brecha de salarios, hay que añadir la de las pensiones, superior incluso.



Pero ni las cifras ni los deseos diagnosticarán y sanarán adecuadamente si no incluyen, como el movimiento feminista pide a gritos, los cuidados que sostienen la vida y que siguen recayendo, mayoritariamente, sobre las espaldas de las mujeres. El mayor punto de inflexión en la brecha de género se produce en el momento de la maternidad.



Respecto a las mujeres migrantes, sufren una doble victimización, por su condición de migrantes, los procesos migratorios y de legalización de su situación irregular. La búsqueda de empleo es muy difícil para ellas, y deben tomarse medidas desde todas las instituciones para integrarlas en nuestra sociedad.



Por otro lado, hay que hablar de que la economía de los cuidados es la base de la desigualdad, a las mujeres y a los hombres se les enseña que tienen que recaer los cuidados domésticos siempre sobre ellas. En España se trabajan 130 millones de horas diarias en tareas no retributivas. Hay 16 millones de personas trabajando 8h al día gratis. La economía, tal y como está planteada, no tiene en cuenta al 52% de la población. Las mujeres vuelven a perder derechos al cuidar de personas dependientes, ellas realizan más del 75% del trabajo de cuidados no remunerado y le dedican 3 veces más tiempo que los hombres.



En materia de terrorismo machista Los hombres nos asesinan porque somos su posesión, ese es el concepto que se propaga desde el sistema. Se entiende por terrorismo machista la agresión psicológica, emocional, económica, sexual y física del hombre a la mujer, poniendo de relieve el poder que este cree que ostenta sobre ella, el abuso del mismo, la falsa idea de que le pertenece o simplemente de que por ser mujer puede agredirla, humillarla, atacarla, desprestigiarla, infravalorarla, oprimirla, violarla o asesinarla.



La violencia de género es una violación de los derechos humanos y engloba a toda la sociedad. Para erradicar la violencia de género es imprescindible erradicar también el pilar fundamental que la sustenta: la desigualdad, ya no bastan las concentraciones, los lazos, los manifiestos y las pancartas. Tiene que haber compromisos políticos efectivos desde los gobiernos y los ayuntamientos y los sistemas de protección social, policial y judicial.

Ante esto, desde el PSLF (Partido Socialista de Libre Federación) proponemos:



-La defensa de las pensiones públicas y el fin de la brecha salarial. La defensa de la sanidad pública y de calidad universal y de la educación pública y la coeducación son elementos imprescindibles para alcanzar la plena igualdad y dignidad de la clase trabajadora con especial incidencia en las mujeres.



-Erradicar el terrorismo machista contemplando los crímenes contra las mujeres como crímenes de lesa humanidad. La urgente reforma del código penal y el fin de las ambigüedades legales que benefician a violadores y maltratadores. La reforma del sistema judicial en este sentido y el final de doctrinas tendentes a culpabilizar a las mujeres y proteger tan solo los derechos de los agresores y criminales.



-Abolición de la prostitución y de los vientres de alquiler al ser los elementos más claros de la mercantilización del cuerpo de la mujer. La prostitución no es un trabajo, es esclavitud.



-Igualdad total de hombres y mujeres en los accesos a los cargos públicos, de representación, funcionariado, judicatura, educación y en la empresa. Fin de las discriminaciones en los accesos a puestos de responsabilidad en cualquier ámbito de actividad laboral, cultural, educativa, politica o sindical.



-En la contratación pública deben quedar fuera de la misma aquellas empresas que carezcan de planes de igualdad. Las empresas deben tener de forma obligatoria planes de igualdad y de conciliación.



-La economía de los cuidados debe ser incluida en el PIB y buscarse medios y medidas de reconocimiento social, económico y laboral.



-Un hecho evidente es la feminización de la pobreza cada vez más agudo. Para ello exigimos medidas concretas de protección social y en materia de vivienda y empleo.



La lucha por la igualdad como socialistas es nuestra razón de ser. La demanda de igualdad es lo que nos lleva a denunciar que sistema capitalista patriarcal y su doctrina neoliberal que buscan la destrucción de los derechos adquiridos y conquistados por hombres y mujeres. Su objetivo es destruir y volver a imponer sistemas de esclavitud sin derechos a su puro y simple beneficio. De ahí el movimiento tendente a considerar empleo y comercio lo que es esclavitud como es la prostitución o la pura comercialización del cuerpo de la mujer como ser portador de vida.



En este 8 de Marzo el PSLF manifiesta de forma clara sus posiciones, en favor de la centralidad de la lucha de las mujeres y las acompaña en sus justas reivindicaciones. Lo revolucionario es pedir igualdad y sin abolición, no hay igualdad. Con brechas no hay igualdad. Con terrorismo machista no hay igualdad. Con pobreza no hay igualdad. Sin feminismo no hay socialismo. Sin feminismo no hay democracia.


BREVES NOTAS SOBRE EL PROGRAMA DE ACCIÓN CONTRA LAS CASAS DE APUESTAS Y EL JUEGO




Consideramos que los acuerdos aprobados por el gobierno de coalición en relación al juego no van a evitar que disminuya la atracción y el enganche de muchas personas, jóvenes y menos jóvenes, a esta actividad con la que el sistema capitalista obtiene elevadas ganancias, provocando la alienación de estos sectores de la clase obrera para disminuir su capacidad de lucha, al tiempo que lleva a la ruina económica y moral a muchas familias trabajadoras.

En la lucha contra el juego y las apuestas no valen las medidas institucionales y administrativas destinadas a su regulación, solo valen las dirigidas a su prohibición total. Así, pensamos que las tomadas por el gobierno de coalición para limitar la publicidad del juego online van a dar pocos resultados. Básicamente, se resumen en

 a) prohibir la publicidad excepto en horario comprendido de una a cinco de la madrugada; b) prohibición de campañas que incluyan bonos económicos de fidelidad; y c) reducir los bonos económicos a 100 euros como máximo.

Nos parece muy insuficiente la idea que difunde el departamento responsable de esta normativa de ir paso a paso, poco a poco, en el combate contra las casas de apuestas y el juego, nos parecen acciones muy débiles para frenar el avance de esta actividad especulativa. La regulación que se ha aprobado, da la sensación de que no quiere asustar ni enfadar a los capitalistas que controlan el juego y con el que obtienen pingües ganancias. Según las estadísticas se mueven en el juego online más de 13.000 millones de euros y las supuestas ganancias ascienden a más de 700 millones de euros.

En diferentes localidades del territorio español se comienzan a organizar movimientos vecinales que reclaman que contra el juego lo único que vale es su total prohibición, dejando bien claro que la regulación no sirve para detener su crecimiento. Nos unimos a quienes consideran que la acción política y administrativa contra el juego del gobierno de coalición debiera estar centrada en una serie de ejes básicos:

– Cierre inmediato de los locales de apuestas y prohibición del Juego online, recolocación de trabajadores y trabajadoras de estos establecimientos y apoyo económico y psicológico a las personas ludópatas

-Unidad y movilización de las clases trabajadoras y capas populares para denunciar estas formas de ganancias, demostrando la inutilidad e ineficacia del capitalismo.

miércoles, 4 de marzo de 2020

POR LA UNIDAD DE LA CLASES TRABAJADORAS. POR EL SOCIALISMO






POR LA UNIDAD DE LAS CLASES TRABAJADORAS PARA ACABAR CON LA EXPLOTACIÓN LABORAL Y EL CAPITALISMO. RESPONDIENDO A LAS DECLARACIONES DE LOS REPRESENTANTES PATRONALES.


A pesar de que el conjunto de los agricultores, grandes, medianos y pequeños reivindican un aumento de los precios por sus producciones, tenemos que establecer diferencias importantes porque no podemos considerarlos a todos por igual. Los intereses de los grandes agricultores no coinciden y son muy distintos a los de los pequeños agricultores, aunque en las movilizaciones actuales parezca que sólo hay un tipo de agricultor.



No hay más que ver cómo los resultados de las políticas que los diferentes gobiernos han venido aplicando en el campo, siguiendo las directivas de las grandes Multinacionales, de los Fondos de Inversión y de la Unión Europea, vienen produciendo por un lado la ruina de los pequeños y por otra parte la concentración de la tierra en manos de una minoría que poco a poco acapara la superficie de la producción, la comercialización y distribución de los productos agrícolas. Por tanto, las medidas que toman los gobiernos no benefician a todos por igual. El ejemplo más claro y contundente es la distribución de los fondos comunitarios que en la mayor parte llega a los grandes agricultores mientras que la percepción por los pequeños es prácticamente nula.



La fuerte protesta agraria no puede olvidar, no puede esconder los intereses económicos y sociales de los jornaleros y jornaleras. Es la clase obrera agrícola la que en la actualidad sufre una tremenda explotación laboral, con unas condiciones laborales precarias y en la mayoría de los casos sometida a trabajos temporales que les obligan a recurrir el resto del año con unos subsidios de miseria.



En este momento, la Organización que representa a la Patronal extremeña, la CREEX, y ASAJA la de los grandes patronos agrarios quieren sacar rédito del impacto positivo en la opinión pública que tienen las movilizaciones y quieren aprovechar estas favorables circunstancias para endurecer más de lo que ya están las relaciones laborales y aumentar la explotación laboral en el campo.



Si los pequeños agricultores pelean por unos precios justos para sus producciones agrícolas y ganaderas, los grandes patronos agrarios de Extremadura además de mejores precios con los que ya obtienen grandes beneficios empresariales por sus costes diferenciales de explotación, quieren aprovechar la ocasión para culpar al SMI  de todos sus males e imponer una minoración de valor de la fuerza de trabajo.



En este sentido, situamos las confusas declaraciones realizadas por el máximo representante de ASAJA, en un programa televisivo de ámbito nacional, en el que valora de una manera muy enrevesada, ni él mismo se aclara, los subsidios y cotizaciones a la seguridad social de los trabajadores agrícolas. En el fondo, a lo que aspira es a disponer en el mercado de un abundante ejército de obreros y obreras, en unas circunstancias tales que estén obligados a vender su fuerza de trabajo por unos salarios mínimos.



El desprecio es tal que cuando se refiere a los subsidios, no menciona ni considera, le debe parecer normal que un trabajador pueda vivir con un subsidio de 430 euros al mes de los que debe descontar unos 120 euros como cotización a la seguridad social para mantener la cartilla del régimen especial agrario, y en muchos casos, viéndose obligado a comprar las peonadas necesarias para acceder a esta ayuda social porque el patrono no se las ha firmado.



Esta patronal agraria es la que con más fuerza se niega a aplicar como referencia salarial el SMI aprobado por el gobierno, y la que a su vez está haciendo más esfuerzos para que no se firme el nuevo convenio colectivo del campo, exigiendo un aumento de las horas de trabajo y endureciendo y precarizando las condiciones laborales para los jornaleros y jornaleras.



El presidente de ASAJA conoce de antemano cómo aprovechando la legalidad existente sobre la materia algunos empresarios agrícolas minimizan los días de alta a los jornaleros y jornaleras para que sus pagos a la seguridad social sean poco importantes generando un fraude al sistema que influye negativamente en el futuro de las pensiones. Por lo que es de extrema urgencia que por parte de este gobierno de coalición se tomen medidas para que no se produzcan esos fraudes generalizados en las cotizaciones sociales.



En la entrevista televisada, el máximo dirigente agrario no hace referencia a las subvenciones de muchos miles de euros que  reciben de la Política Agraria  los grandes agricultores y ganaderos. En algunos casos como el suyo que superan los 130.000 euros anuales. Con estas ayudas que reciben sin desprenderse de una gota de sudor, es de una actitud miserable e inhumana  que sean quienes más obstáculos pongan a que los jornaleros y jornaleras ganen algunos euros más con la aplicación del SMI y exijan un mayor número de horas de trabajo.



Lo que está claro, es que tenemos un deber inexcusable de organizar la respuesta a estos ataques y lanzar una ofensiva para recuperar la unidad de acción y movilización de todos los jornaleros y jornaleras. Hay que enfrentar estos planes empresariales que pretenden aumentar la explotación laboral, y por tanto, arrebatarnos derechos y condiciones laborales que tanto nos costaron ganar.



Los problemas que tiene el mundo rural, que tienen las familias que viven de su trabajo en el campo no lo van a resolver las medidas que tome el gobierno ni las directivas de la Unión Europea, buena prueba de ello es lo aprobado por el gobierno de coalición que no introduce ningún aspecto que vaya a mejorar los resultados del trabajo agrario.


La crisis agraria no se resuelve con medidas reformistas que afecten a la cadena alimentaria, ni a la formación de los precios, ni regulando las actividades promocionales, ni con mayor número de inspectores de trabajo, etc.



La eficacia en las acciones de gobierno deben ir dirigidas a mejorar la redistribución de los recursos y de la riqueza obtenida, para lo que es imprescindible la Reforma Agraria que ponga la agricultura en manos de quienes la trabajan. De otro modo, antes o después volveremos a la crisis, a las sobreproducciones y a las escaseces, seguirán las emigraciones hacia otros lugares con la pérdida de población, a las distorsiones del mercado de trabajo, etc.




El problema es el capitalismo; es el sistema económico en el que las clases sociales que representan a los dueños de los medios de producción aspiran al máximo beneficio para lo que necesitan el sometimiento de la fuerza de trabajo. La sociedad dividida en clases vive en un permanente enfrentamiento, unas veces silencioso y otras con visibilidad manifiesta. En estos momentos, es tal el poder de la clase capitalista que con el control absoluto del aparato político-administrativo en Europa, en nuestro país y en nuestra región impone sus leyes sin mucha oposición, sin grandes resistencias de la clase obrera, aplastando a las clases oprimidas que son las sufren los múltiples problemas derivados de su posición subordinada en el proceso de producción.




La única manera de terminar con todo esto y conseguir una sociedad más justa y más humana, con un mejor y mayor reparto de la riqueza, que solucione muchos problemas de los que actualmente padecemos es con la organización y movilización de las clases trabajadoras para acelerar la lucha de clases y acabar con el capitalismo.


martes, 3 de marzo de 2020

Por la unidad de la clase obrera y por el socialismo



POR LA UNIDAD DE LA CLASE OBRERA PARA ACABAR CON LA EXPLOTACIÓN LABORAL Y EL CAPITALISMO. RESPONDIENDO A LAS DECLARACIONES DEL PRESIDENTE DE ASAJA


En un momento en el que los agricultores, grandes, medianos y pequeños reivindican un aumento de los precios por sus producciones, tenemos que establecer diferencias importantes porque no podemos considerarlos a todos por igual. Los intereses de los grandes agricultores no coinciden y son muy distintos a los de los pequeños agricultores, aunque en las movilizaciones actuales parezca que sólo hay un tipo de agricultor.


Los resultados de las políticas que se aplican en el campo, en la mayoría de los casos siguiendo las directivas de la Unión Europea, están produciendo la ruina de los pequeños y la concentración de la tierra en manos de una minoría que poco a poco acapara la superficie la producción y la distribución agrícola. Por tanto, las medidas que  toman los gobiernos no influyen a todos por igual. El ejemplo más claro y contundente es la distribución de los fondos comunitarios que en la mayor parte llega a los grandes agricultores mientras que la percepción por los pequeños es prácticamente nula.


La fuerte protesta agraria no puede olvidar, no puede esconder los intereses económicos y sociales de los jornaleros y jornaleras. Es la clase obrera agrícola la que en la actualidad sufre una tremenda explotación laboral, con unas condiciones laborales precarias y en la mayoría de los casos sometida a trabajos temporales que les obligan a recurrir el resto del año con unos subsidios de miseria.


En este momento, hay patronos agrarios que aprovechando el impacto positivo en la opinión pública que tienen las movilizaciones por unos precios justos quieran aprovechar estas favorables circunstancias para endurecer más de lo que ya están las relaciones laborales y aumentar la explotación laboral en el campo.



Si los pequeños agricultores lo que quieren son precios justos para sus producciones agrícolas y ganaderas, los grandes patronos agrarios de Extremadura además de mejores precios lo que de por sí les permite obtener grandes beneficios empresariales por sus costes diferenciales de explotación, quieren aprovechar la ocasión para imponer una minoración de valor de la fuerza de trabajo.


En este sentido, situamos las confusas declaraciones realizadas por el máximo representante de ASAJA, en un programa televisivo de ámbito nacional, en el que valora de una manera muy enrevesada, ni él mismo se aclara, los subsidios y cotizaciones a la seguridad social de los trabajadores agrícolas. En el fondo, a lo que aspira es a disponer de un abundante ejército de obreros y obreras, en unas circunstancias tales que estén obligados a vender su fuerza de trabajo por unos salarios mínimos.


El desprecio es tal que cuando se refiere a los subsidios, no menciona ni considera, le debe parecer normal que un trabajador pueda vivir con un subsidio de 430 euros al mes de los que debe descontar unos 100 euros como cotización a la seguridad social para mantener la cartilla del régimen especial agrario.


Hay que conocer que esta patronal agraria es quien con más fuerza se niega a aplicar como referencia salarial el SMI aprobado por el gobierno, y la que a su vez está haciendo más esfuerzos para que no se firme el nuevo convenio colectivo del campo, exigiendo un aumento de las horas de trabajo y endureciendo y precarizando las condiciones laborales para los jornaleros y jornaleras.


El presidente de ASAJA conoce de antemano cómo aprovechando la legalidad sobre la materia algunos empresarios agrícolas toman decisiones para minimizar sus pagos a la seguridad social, por lo que es una urgente necesidad que por parte de este gobierno se tomen medidas para que no se produzcan esos fraudes generalizados en las cotizaciones sociales.


Tampoco hace referencia a las subvenciones de la Política Agraria Comunitaria que reciben los grandes agricultores y ganaderos que son muchos miles de euros, con casos como el suyo que superan los 130.000 euros anuales, lo que es de una actitud miserable e inhumana ya que recibiendo estas subvenciones sean quienes más obstáculos pongan a que los jornaleros y jornaleras ganen algunos euros más con la aplicación del SMI.


Lo que está claro, es que tenemos un deber inexcusable de organizar la respuesta a estos ataques y lanzar una ofensiva para recuperar la unidad de acción y movilización de todos los jornaleros y jornaleras para enfrentar estos planes empresariales que pretenden aumentar la explotación laboral, y por tanto, arrebatarnos derechos y condiciones laborales que tanto nos costaron ganar.


Los problemas que tiene el mundo rural, que tienen las familias que viven de su trabajo en el campo no lo van a resolver las medidas que tome el gobierno ni las directivas de la Unión Europea; la crisis agraria no se resuelve con medidas que afecten a la cadena alimentaria, ni a la formación de los precios, ni regulando las actividades promocionales, ni con mayor número de inspectores de trabajo, etc. Indudablemente que algo se puede mejorar la vida de las personas mejorando la redistribución de los recursos y la eficacia en las acciones de gobierno, pero antes o después volveremos a la crisis, a las sobreproducciones y a las escaseces, seguirán las emigraciones hacia otros lugares con la pérdida de población, a las distorsiones del mercado de trabajo, etc..



El problema es el capitalismo; es el sistema económico en el que la división de clases sociales determina el enfrentamiento entre ellas. En estos momentos el poder de la clase capitalista es tal que impone sus leyes sin mucha oposición, sin grandes resistencias de la clase obrera; el capitalista impone normas para quedarse con la mayor parte de la riqueza que se produce, y en esta lucha entre contrarios enfrentados, el poder político al servicio de los dueños de los medios de producción aplasta a las clases oprimidas que sufren múltiples problemas derivados de su posición subordinada en el proceso de producción.



La única manera de terminar con todo esto y conseguir una sociedad más justa, con un mejor y mayor reparto de la riqueza, que solucione muchos problemas de los que actualmente padecemos es con la organización y movilización de la clase obrera para acelerar la lucha de clases y acabar con el capitalismo.