lunes, 6 de marzo de 2023

SOBRE EL 8 M

 



Tenemos claro que la política institucional, forma parte de una agenda política electoral, con el objetivo claro de obtener votos a través de políticas feministas pero con muy poca voluntad real para terminar con la opresión de las mujeres trabajadoras.

 

Las políticas institucionales que se desarrollan por los gobiernos de las diferentes administraciones públicas no ocultan su deseo de adormecer y abolir la lucha de las mujeres provocando una enorme desmotivación e ineficiencia política.

 

Los problemas que sufren las mujeres siguen estando presentes a pesar de que se quiera cambiar el 8M de un día de lucha por un día de fiesta y celebración.

 

Cuando se acercan las elecciones municipales y autonómicas y los medios de comunicación nos lanzan continuos mensajes de igualdad y de avances de los derechos de la mujer en los diferentes aspectos de la vida social, no se pueden olvidar asuntos básicos, muy concretos, que están muy a mano, y cuyas deficiencias golpean especialmente a las mujeres:

 

Entre otras cuestiones, exigimos una sanidad pública que disponga de profesionales sanitarios y de recursos materiales en un número suficiente para una atención primaria de calidad, para que se eliminen las listas de espera y el sistema sanitario se complemente con servicios externos que faciliten la atención a los pacientes como en el caso de un transporte sanitario decente.

 

Se necesita un incremento sustancial de los fondos autonómicos destinados a los municipios para las ayudas a domicilio, para que las personas mayores y dependientes puedan recibir más horas de atención, los horarios sean completos y mejoren los salarios de las trabajadores y trabajadores.

 

Es preciso un cambio radical en las normativas que afectan a las trabajadoras del hogar, al objeto de que no tengan que esperar un año para cobrar el desempleo, se faciliten todos los trámites electrónicos y el acceso al subsidio para las mayores de 52 años.

 

Las administraciones públicas tienen que acabar con la precariedad y la pobreza, la falta de suministros básicos, alimentos y las duras condiciones de trabajo que en mayor medida recaen sobre las mujeres pobres y trabajadoras.

 

Las administraciones públicas tienen que valorar materialmente el trabajo excepcional que realizan muchas mujeres dedicadas a la atención y los cuidados de familiares sin poder acceder al mercado de trabajo para obtener ingresos que permitan a sus familias una vida digna.

Las ayudas sociales no pueden estar sometidas a tanta burocracia y exigencias de papeleos, certificados, y empadronamientos. Además, por norma general, cuando una mujer se divorcia tiene dos veces más chances de ser pobre que un hombre.

La discriminación de género atraviesa la industria, con salarios y oportunidades, diferencias entre hombres y mujeres, y en otros casos, excluyendo totalmente la contratación de mujeres porque de este modo el empresario encuentra menos inconvenientes en el puesto de trabajo; el beneficio está por delante de la condición humana.

El patriarcado y el machismo existen y matan; explotan, subordinan, colonizan, humillan, maltratan, despojan de sus derechos y de su libertad a millones de mujeres y de niñas día tras día.

Denunciamos la utilización por el capital de la división sexual del trabajo de manera oportunista para aumentar sus ganancias, fortaleciendo la industria cultural y sexual, la industria de la reproducción para  transformar la imagen de la mujer en un objeto a su antojo, muchas veces en nombre del empoderamiento, pero sin tocar en modo alguno la base de la opresión.

Frente a las políticas institucionales y la farsa de la igualdad empresarial, solo nos queda construir una fuerza política basada en la independencia de clase. Por eso, queremos trabajar una agenda política propia que defienda los intereses de las mujeres trabajadoras y aportar nuestro granito de arena a una sociedad que garantice el bienestar de todos.

 

 

domingo, 5 de marzo de 2023

ALGUNAS NOTAS SOBRE EL 8 DE MARZO, DÍA DE LA MUJER TRABAJADORA

 El 8 de marzo es el Día de la Mujer Trabajadora, de la mujer explotada, no es el Día de la Mujer Burguesa, de la señora Botín ni de Sandra Ortega, ni de las empresarias, capitalistas, no es el Día de la Mujer Explotadora. El Día de la Mujer Trabajadora pertenece a la clase obrera, a las mujeres trabajadoras explotadas por el capitalismo..

Es el día en que todo el proletariado rinde homenaje a las proletarias en lucha contra el Capital y, por tanto, también contra las mujeres capitalistas, prestando especial atención a los problemas que afectan a este sector de nuestra clase.

A iniciativa de CLARA ZETKIN se aprobó en la 1ª Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, celebrada en STTUTGART en 1.907, una resolución que instaba a todos los partidos socialistas a realizar una campaña a favor del voto para la mujer. Sobre esta resolución el Partido Socialista Americano decidió en su Congreso celebrado en Chicago del 10 al 17 de mayo de 1.908 celebrar un WOMAN´S DAY el último domingo del mes de febrero de 1.909, día 28 de febrero. El WOMAN´S DAY siguió celebrándose el último domingo de febrero hasta 1.914.

Posteriormente en la 2ª Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas se aprobó la realización en todos los países de un día dedicado a la exigencia del derecho al voto para las mujeres, pero sin precisar una fecha concreta. Fue en el año 1.914 cuando por primera vez se realizó la celebración el día 8 de marzo en Alemania, Suecia y Rusia, a propuesta de las alemanas.

En Rusia, el movimiento de las mujeres socialistas fue impulsado de manera especial por NADEZHDA KRUPSKAYA, compañera de Lenin, INESSA ARMAND Y ALEXANDRA KOLLONTAI. La conmemoración del Día Internacional de la Mujer Trabajadora se realiza por primera vez el 17 de febrero de 1.913 según el calendario ortodoxo (2 de marzo en el calendario occidental).

Los bolcheviques publicaron una revista especial dedicada a las mujeres obreras que se llamó Rabonitsa (Mujer Obrera) el mismo día de la celebración del año 1.914 (23 de febrero-8 de marzo).  El día 23 de febrero (calendario ortodoxo) (8 de marzo según el calendario occidental) una serie de altercados a causa del hambre provocaron un terremoto social. Numerosas mujeres viendo que en muchos sitios se les negaba la más mínima ración de pan asaltan panaderías y almacenes de alimentación.  Los trabajadores abandonaron las fábricas y se declararon en huelga, uniéndose a las mujeres. La revuelta se extendió a toda Rusia y a los pocos días el Zar renunciaba a su trono.

Tras varios meses de gobiernos burgueses asesinando a un buen número de trabajadores, la llamada Revolución de Febrero (ocurrida en realidad el 8 de marzo) dio paso a la revolución proletaria bolchevique de Octubre (ocurrida en realidad el 7 de noviembre).

En 1921 las mujeres búlgaras propusieron que en adelante se celebrara el Día Internacional de la Mujer Trabajadora el día 8 de marzo como homenaje a la participación de las mujeres rusas en la revolución proletaria.

La burguesía por todos los medios ha tratado de diluir y falsificar la historia de lucha de las mujeres trabajadoras, unas veces de una manera, pero siempre para meter en un mismo saco a todas las mujeres a partir de su condición común de parir y gestar, y de paso dividir el movimiento obrero.

Tenemos que hacer una la referencia al movimiento de las mujeres sufragistas. Las mujeres del movimiento sufragista eran blancas y de clase media (burguesas) y se consideraban los seres superiores social y culturalmente entre los hombres libres». Demandaban el derecho al voto por considerarlo «un privilegio» que debía ser otorgado a las mujeres blancas por su «innata pureza». Y cuanto más radical se volvía el feminismo que profesaban más racista, elitista y aristocrático se manifestaba: «estamos defendiendo lo mejor para las madres de nuestra raza».

En numerosos países el derecho al voto estaba restringido a los propietarios con cierto nivel de riqueza y las sufragistas pretendían el voto a las mujeres propietarias, pero no el sufragio universal, que negaban a los hombres y mujeres de la clase obrera.

El feminismo burgués, tomó especial relevancia a partir de los años 60 construyendo toda una serie de mitos y leyendas sobre la historia del 8 de marzo, presentándose como un movimiento transversal democrático y atribuyéndose la representación y la conquista de los derechos de las mujeres, desde el derecho al voto al derecho al aborto.

La ONU ha contribuido a confundir la historia, declarando en 1.975 el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer, suprimiendo «Trabajadora», inventándose retóricas para dar un sentido diferente a la realidad de la lucha de clases, así esta organización dice que «la lucha por la igualdad de las mujeres es vista ahora firmemente en el contexto de la amplia lucha por el desarrollo económico», es decir, en el contexto del desarrollo y la acumulación del capital.

La revolución del 8 de marzo de 1.917 en Rusia iniciada por las mujeres trabajadoras consiguió con su lucha el derecho de voto para todas las mujeres que fue reconocido por el Gobierno Provisional burgués el 20 de julio de 1.917, haciendo de Rusia el primer país de todos los que participaban en la Gran Guerra Imperialista que aprobaba el sufragio universal femenino.

Después de la revolución bolchevique, ALEXANDRA KOLLONTAI, fue la primera mujer con responsabilidad política importante ocupando el puesto de Comisaria, cargo equivalente a MINISTRA de BIENESTAR SOCIAL, decretando la igualdad total entre los sexos, legalizando el aborto y prohibiendo la prostitución.

La leyenda que propagan las feministas es un intento para ocultar el origen proletario del 8 de marzo, cuyo objetivo es impedir que el proletariado sea consciente de su situación y conozca su propia historia. En este caso es aún más vomitivo y despreciable que otras pues se trata de una falsificación que tiene como objetivo apropiarse del trabajo y de la mayor plusvalía posible producida por las mujeres trabajadoras.