Izquierda socialista
ante su última encrucijada
Izquierda Socialista ha sido imprescindible desde sus inicios
al objeto de tratar de hacer del PSOE un partido reconocible con el legado de
Pablo Iglesias, su fundador.
Militantes honradas y honrados, sabedores de que su sola
adscripción a la corriente de izquierdas del PSOE felipista ya les suponía el
ostracismo la mayor parte de las veces y en casi todas las federaciones y
partidos territoriales -es cierto que no en todos; una minoría de ellos- su
paso a la irrelevancia. También en la inmensa mayoría de las agrupaciones
provinciales. Unos y unas pocas han logrado ser diputados y eurodiputados,
alcaldesas y alcaldes, pero muy pocos. Por tanto si se deseaba hacer “carrera”
o ser profesional, lo mejor siempre ha sido pasar de izquierda socialista.
La aportación de Izquierda Socialista al socialismo español
han sido sus preclaras y bien amuebladas cabezas. Personas muy preparadas e
ideológicamente formadas y socialistas marxianos o directamente marxistas.
Antonio García Santesmases, Joan Garcés o José Antonio Perez Tapias han sido
entre otros y otras, las mentes más lúcidas de toda la izquierda española desde
hace muchos años y lo siguen siendo. Su postura de leal oposición dentro de un
partido que fue convertida en dinástico y socioliberal, como mucho, además de
uno de los principales apoyos del régimen ha sido lo que les ha privado de
poder organizar una corriente política independiente, pero socialista,
republicana y de clase a la par que internacionalista.
Izquierda Socialista ha vivido una constante ducha escocesa
entre criticar y acabar apoyando a los diferentes aparatos felipistas que no
pablistas. Un quiero y no puedo y una constante esperanza en que algún día las
cosas cambiarían y el PSOE se ubicaría en la izquierda. Siempre ilusionados,
siempre utilizados como señuelo de izquierdas. Pero han representado a muchas y
muchos sindicalistas, trabajadoras y trabajadores, concejalas o cuadros locales
que han luchado de forma tan entregada como jamás agradecida por el partido que
fundará Pablo Iglesias, que no Felipe Gonzalez y/o Alfonso Guerra.
Han vivido en IS varias crisis y no es Pérez Tapias el
primero en abandonar el PSOE, e intuyo que no será el último. El PSOE se está demostrando
incapaz de ubicarse en la izquierda por sus deudas bancarias, sus miedos y la
falta de ideas políticas fundamentadas, de la mayor parte de sus dirigentes,
que son de una inconsistencia ideológica y de un conservadurismo
escandalizador. En ese desierto IS pretende ser la lejana estrella roja que
guíe el PSOE a su razón de ser fundacional y a los nuevos tiempos. Imposible.
El PSOE no se deja. Pero en nuestra sociedad el socialismo
sigue siendo imprescindible para cambiarla. Un socialismo que hunde sus raíces
en la clase obrera, la ilustración y el yunque con un tintero. Un socialismo
democrático y con modos democráticos que recuperé su afán republicano, regeneracionista,
que solo pasa por apoyar un proceso constituyente que acabe con el nefasto régimen
del 135 y del 155 de la actual Constitución y su tramposa utilización. De la
corrupción coronada.
Eso solo será posible construyendo socialismo, laborismo
cabal, socialdemocracia obrera, lucha de clases, federalismo y en esa tarea
Izquierda Socialista o lo que de ella queda tras su actual crisis que es muy profunda
y autodestructiva se ponga manos a la obra y juntas y juntos las y los
socialistas reiniciemos una tarea libres de ataduras y conscientes de que lo
que no es y no puede ser, tan solo se puede recuperar construyendo un nuevo
socialismo regenerado y libre. Nada excepto el socialismo podrá recuperar y
unir a la izquierda.
Carlos Martinez
Es politólogo, socialista y miembro de U