viernes, 27 de julio de 2018

ESPACIOINDEPENDIENTE:" El gobierno Sánchez debe responder a las demandas políticas mayoritarias o se verá empujado a la convocatoria de elecciones en las peores condiciones"









   Las demandas sociales y políticas llueven sobre el nuevo gobierno y sobre las Cortes: es el movimiento de la mayoría a la búsqueda de salidas democráticas que supere el continuismo político y constitucional.

   Los partidos de la derecha solo hablan de la necesidad de que se convoquen elecciones cuanto antes, lo que significaría defraudar, una vez más, las demandas sociales y políticas de los trabajadores y pueblos. Unas elecciones generales, bajo la marca indeleble del mantenimiento de todas las medidas de contrarreforma de los gobiernos del PP,  no vendrían sino a favorecer a la derecha y a sus pretensiones. La portavoz del gobierno, por su parte, se mantiene en la ambigüedad: "No se piensa en adelantar elecciones, pero nadie va a resistir más allá de lo razonable”. ¿Ante quién pretende no resistir el gobierno más allá de lo razonable?

   El Gobierno y la mayoría de partidos que votaron la moción de censura contra el partido de las familias franquistas podrían avanzar sobre esas demandas sociales dándoles cauce político a través de la soberanía de las Cortes y de los Parlamentos. Camino que, por lo pronto, se ve bloqueado en primer lugar por las presiones que reciben desde el poder y que vienen a multiplicar las renuncias y vacilaciones de los ministros del PSOE, empezando por el mismo Presidente. Quienes se proponían de inmediato derogar la reforma laboral, acabar con la ley mordaza, poner término a los constantes delitos de corrupción política, sacar al dictador del “Valle de los Caídos” e ilegalizar la Fundación Franco…, se ven ahora paralizados políticamente ante los primeros obstáculos. Y, sobre todo, ante los principales problemas derivados de la crisis de dominación política de la monarquía en sus pretensiones de mantener las exigencias constitucionales superadas por las demandas de la población. Vacilaciones y renuncias que muestran su cobardía, sobre todo ante los más poderosos. Obviando todas aquellas propuestas de reforma política de la Constitución para establecer un marco federal de las que hablaban, y que comprometen directamente a la presidencia de Pedro Sánchez.

    A ello se suma el hecho de que en este mes y medio de nuevo gobierno sometido a las viejas políticas, en las que ha asumido hasta los Presupuestos antisociales diseñados por el PP, hemos visto cómo otras contradicciones políticas fundamentales han pasado a primer plano. Varios partidos que hicieron posible la moción de censura se han unido de nuevo para solicitar que se cree una comisión de investigación en las Cortes acerca de “la corrupción en la monarquía”, motivada por la aparición en los medios de comunicación de los audios de Corinna en los que acusaba directamente a J. Carlos de Borbón de usarla como testaferro de operaciones de corrupción institucional. Solicitud a la que el PSOE se ha negado a sumarse. Cuando se habla de que el gobierno en minoría de Sánchez está maniatado y es rehén de otras políticas hay que poner de relieve que ese atado no viene sino de las instituciones del Estado y de la UE, y que, en particular, es rehén de las políticas continuistas contrarias a la democracia vehiculadas por los medios de comunicación.

Y son esos condicionantes del poder los que tratan de bloquear cualquier iniciativa democrática. Como está sucediendo con las demandas de ruptura de la Generalitat Catalana, que busca hacer efectiva mediante la implantación de la República Catalana; y donde el gobierno se propone hablar de todo menos de lo que toca hablar ahora; que no es otra cosa que del derecho de los pueblos a dirigir sus propios destinos, levantando sus propias instituciones en base al respeto de la voluntad popular. La mayoría que se opuso a la corrupción gubernamental con la moción de censura al gobierno del PP no puede dejar de avanzar sobre todos los asuntos si quiere responder a las demandas mayoritarias en Cataluña y en el resto de los territorios que demandan el derecho a decidir, cómo es el caso de Navarra y Euskadi. La elección de administrador único para RTVE es una prueba de si esa mayoría avanza o retrocede. El gobierno no puede pretender gobernar al margen de las principales exigencias democráticas. El problema político del momento no es que el gobierno del PSOE tenga sólo un grupo de 84 diputados; el problema es que pretenda imponer sus criterios continuistas frente a las demandas de cambio político y social de la inmensa mayoría.

   El director del CNI ha tratado de salir al paso de dichas informaciones públicas sobre la gran corrupción de Estado, ante las que el gobierno y la monarquía callan. Y por  ello, ha solicitado declarar en la Comisión de Secretos Oficiales está misma semana, tratando así de evitar la puesta en marcha de una Comisión de Investigación sobre los negocios de la monarquía. El PSOE no puede bloquear dicha Comisión, muy al contrario debe sumarse a ella y dar pleno sentido y alcance a sus investigaciones.

   Diversas fuerzas sociales y políticas están preparando grandes movilizaciones para el próximo mes de Octubre. Se pretende convocar el 24 y 27 de ese mes, el 24 a nivel local y el 27 a escala general, para lo que se discute un programa representativo de las demandas de la mayoría. Pero ese programa comienza por eludir aquellas decisiones y reivindicaciones políticas democráticas que hacen referencia al ejercicio de la democracia, a la soberanía popular, a la ruptura con las leyes e instituciones que impiden la democracia y el derecho de los pueblos a decidir; demandas políticas centrales que son las que pueden hacer posible un verdadero cambio social. La presión sobre las instituciones, que es lo que se proponen quienes tratan de instrumentalizar las movilizaciones del próximo octubre, no resuelve el problema derivado del hecho de que un entramado de poderes antidemocráticos son los que manejan el país a su antojo, imponiendo sus intereses y privilegios por encima de la voluntad popular.

   El movimiento de huelgas que estamos conociendo entre los taxistas de Barcelona, los trabajadores de Ryanair e Iberia, los repartidores de prensa de Madrid que se mantienen en lucha desde el pasado jueves día 19, los trabajadores de Amazon que tratan de impedir que les quiten de golpe sus condiciones negociadas …, evidencian la vuelta a las asambleas y piquetes organizados desde abajo, expresando la voluntad de los trabajadores de ser dueños de sus propios movimientos. La necesidad de un Plan de Acción Política para la mayoría es una cuestión vital en estos momentos. No es suficiente con que se articule un programa social, si no se ofrece una verdadera salida política. Quienes se proponen "redistribuir la riqueza, conquistar derechos y una vida digna”…, deben ser capaces de decir cómo, con qué instituciones, con qué gobierno es posible conseguir la aplicación de dichas reivindicaciones. Y, sobre todo, si esas demandas son compatibles con los privilegios políticos de las familias franquistas en el poder.