jueves, 16 de febrero de 2023

Por qué queremos participar en las elecciones


Nosotros queremos participar en estas elecciones porque consideramos que las sociedades capitalistas, estas sociedades en las que vivimos, generan multitud de injusticias y ante ellas no podemos hacer una dejación de funciones, tenemos que implicarnos porque son necesarias todas las manos unidas para hacerlas frente.

Nos consideramos necesarios y por supuesto, obligados a seguir aportando nuestro granito de arena a este combate contra los atropellos sociales y políticos, contra las tropelías que sufren los más débiles por parte de las instituciones, para mejorar las infraestructuras de los servicios públicos, sanidad, educación, pensiones, dependencia.

Nos consideramos obligados a apoyar en la calle y en las instituciones las luchas de los trabajadores y trabajadoras para mejorar sus condiciones laborales, su organización y participación activa, y contra tanta burocracia.

Manifestamos que los grandes partidos políticos quieren las instituciones para seguir disponiendo del poder en beneficio propio; muchos de sus dirigentes hace tiempo que se olvidaron de las necesidades de la población trabajadora y piensan más en los cargos institucionales y en arreglar sus vidas particulares.

Estamos cansados de ver y escuchar en los medios de comunicación promesas de grandes inversiones y el manejo de mucha pasta para empleo, arreglo de calles, edificios y todo por un gran amor al pueblo para resolverle sus problemas. El precio de esta propaganda, en su mayor parte vacía, son los votos.

Ha sido, y sigue siendo una práctica común que cierta gente se aproveche de sus puestos en las cúpulas de poder de los Organismos Públicos. Desde estas posiciones institucionales han distribuido y distribuyen los presupuestos públicos a su antojo beneficiando a unos pueblos y dejando sin nada a otros, siempre con el objetivo de obtener apoyos electorales en sus localidades para mantener su prestigio público y seguir en el vértice del poder. Estos comportamientos de despotismo y nepotismo han reproducido con fuerza la semilla del caciquismo en la vida local.

Cada vez somos más conscientes de que toda la normativa que incluye la documentación que se pide para conceder una renta mínima de inserción, un ingreso mínimo vital, una vivienda, un trabajo temporal de días, una ayuda de alquiler o una ayuda social para alimentación, pago de la luz, etc. son elementos que forman parte de todo un conglomerado de control social y criminalización que funciona armónicamente contra la gente más pobre. No hay interés alguno en solucionar de verdad los problemas que acarrea la pobreza. Los empadronamientos, certificadosde penales, registros matrimoniales, convenios de separación, fe de vida, nóminas de antaño, cursillos de formación, títulos académicos, etc., forman parte del control social y criminalización de la pobreza en los archivos de las diferentes instituciones públicas, la Seguridad Social, Agencia Tributaria y como no de la Policía.

Para terminar, una cuestión fundamental hay que conseguir que la juventud tenga fe en nuestra honestidad, sinceridad y trabajo, en nuestra utopía por una sociedad más justa. Aunque la fe es una cuestión humana, han sido las religiones las que se han apropiado de la fe y la han pervertido y tergiversado. Se tiene fe en las personas cuando te dan confianza y no te fallan. Tenemos que hacer lo posible para trasladar nuestra confianza a la juventud; es de vital importancia la incorporación de la juventud a la lucha política y socia.

Desde UED apoyamos las reivindicaciones de las mujeres trabajadoras para mejorar sus condiciones laborales en los diferentes sectores laborales como en el de los cuidados, la limpieza, las ayudas a domicilio en el ámbito municipal, en la hostelería y dependientes. Así mismo, apoyamos las luchas en la defensa de sus derechos como mujeres, contra la violencia machista, a disponer libremente de su cuerpo, por un aborto libre, gratuito y de calidad.

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