sábado, 3 de julio de 2021

POR OTRO MODELO ECONÓMICO Y SOCIAL

 

“Queremos otra visión del mundo, la perspectiva que nos ofrecen nos ahoga, no permite desarrollarnos, es falsa y tiene burla”. Todo está organizado para que con unos o con otros en los sistemas de poder las cosas sigan igual y para eso necesitan manipularnos, engañarnos, y que aceptemos las cosas como naturales.

“Necesitamos otro modelo económico y social en donde las personas puedan vivir dignamente y con bienestar, y la justicia sea la esencia y sustancia de los comportamientos humanos”.

Las relaciones sociales de producción y la apropiación privada de los medios de producción como fundamentos de la sociedad capitalista generan y reproducen una visión del mundo en crisis continua.

Los que detentan el poder político están empeñados en mantener este orden de modo permanente, como si lo que existe fuera invariable y estuviera marcado a sangre y fuego para el resto de los tiempos; nos dicen que las limitaciones materiales hacen imposible tomar medidas radicales contra el desempleo o que no se pueda conseguir que todas las personas dispongan de sus viviendas, o que haya unos servicios públicos decentes y de calidad.

Este estado de cosas se agrava cuando aparecen situaciones excepcionales como las pandemias. En nuestro caso, el COVID 19 va a ser aprovechada por las grandes empresas monopolísticas para recortar nuestros derechos y condiciones de vida y al mismo tiempo exprimir todos los recursos públicos que hagan posible la máxima acumulación de capital.

En el curso de estas crisis, los aparatos estatales y sus gobiernos cometen todo tipo de tropelías contra las clases trabajadoras que justifican como necesarias para alcanzar el bien común y beneficiar a toda la sociedad; valga como ejemplo, la abusiva propaganda sobre las satisfacciones que van a producir el reparto de los fondos europeos, aunque la UE los condicione a recortes en los servicios públicos y las pensiones.

Aunque los representantes al frente del Estado pertenezcan a partidos que se llaman así mismo y se presentan ante la opinión pública como de izquierdas o de derechas, el objetivo real de sus actuaciones es la reproducción del sistema de explotación y acumulación capitalista aprobando y/o manteniendo las leyes que más contribuyan a dar estabilidad al régimen monárquico o republicano que lo garantice.

 

La esencia de sus normativas tiene como base, el miedo, el temor, el pánico. Estos sustantivos convenientemente adornados son los ejes sobre los que se estructuran las leyes, siendo los elementos más eficaces para evitar la conflictividad social e impedir que la gente se involucre en acciones y movilizaciones contra la explotación y la injusticia. Así, la conocida como “ley mordaza” ha demostrado ser una herramienta muy efectiva a la hora de generar inseguridad y miedo entre la ciudadanía y al mismo tiempo administrar una sensación de poder absoluto e impunidad a los diferentes cuerpos policiales.

 

Los sistemas policiales, con la cobertura del sistema judicial, herederos del y protegidos de toda crítica social con buena dosis ya demostrada de impunidad, gozan de una autoridad ilimitada que aleja a buena parte de la población explotada y oprimida de las luchas sociales y laborales puesto que el menor enfrentamiento con ellos puede acarrear consecuencias penales y económicas graves.

 

Las normativas señaladas en nada contribuyen al avance de la democracia y a la mejora de las condiciones de bienestar de la población. Como estamos viendo dan paso al miedo y a la inmovilidad, y a la pérdida de referencias en valores solidarios y humanistas que posibilitan el crecimiento de los discursos individualistas, xenófobos y racistas.

 

En la actualidad el gobierno de coalición PSOE-UP “más progresista de la historia” con sus políticas incapaces de anular residuos normativos antidemocráticos de épocas pasadas está favoreciendo que se despeje abiertamente el camino para que la derecha y la extrema derecha penetren en las clases populares, y puedan tener los dos pies en el gobierno.

 

 

 

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