miércoles, 27 de junio de 2012

EL PARTIDO SOCIALISTA DEBE CAMBIAR DE POLÍTICA



Mientras el PP cae a ritmos acelerados en la valoración de la opinión pública, el PSOE no entusiasma y no recauda electoralmente la caída vertiginosa que sufre el gobierno de Rajoy. Según las encuestas, el PSOE no tiene un crecimiento electoral respecto a los resultados obtenidos en las últimas confrontaciones electorales: locales, autonómicas y generales. No ve la opinión pública al Partido Socialista como la organización política capaz de cambiar el rumbo desastroso que lleva este país, y de frenar las políticas neoliberales que desde hace años se están aplicando y que ahora, de una manera mucho más intensa y más fuerte, aplica el gobierno de Rajoy. Hay un amplio sector de la opinión pública que califica al PP y al PSOE como los partidos de los recortes; aunque reconocen que los recortes realizados por el Partido Socialista han sido mucho más suaves y no se pueden comparar con los que se hacen en estos momentos.

 En la actualidad existe un estancamiento político del PSOE. Esta situación acontece porque aún se sigue con las mismas políticas que tanto influyeron en la debacle electoral de las sucesivas elecciones más recientes. Poco ha modificado su política el Partido Socialista de unos meses a esta parte. Pocas diferencias hay en los planteamientos relativos a los problemas relacionados con la vivienda; hay 3400000 viviendas vacías en este país, según el Ministerio de Fomento, la mayoría de ellas en manos de la Banca, a la que se le van a dar ahora millones de euros, y no se reclama con fuerza la dación en pago, o la eliminación de los desahucios, la salida al mercado de esas viviendas en régimen de alquiler para familias necesitadas, etc.;
Poco hemos avanzado en materia financiera. Al contrario, los intereses de los poderes financieros y económicos de este país se imponen de manera absoluta. Con la ley de cajas y la reforma financiera, a las que el Partido Socialista no ha puesto muchas alternativas, se impone que pocos Bancos controlen todo el mercado nacional. El PSOE ha facilitado la privatización de las cajas de ahorro, quizás por complejo político. Necesitamos una Banca Pública que preste créditos; son necesarias entidades financieras al servicio público para que vuelva a fluir el crédito a familias y empresas; después del rescate volverá a caer el flujo crediticio, y se volverán a intensificar las políticas de austeridad.

Se habla de austeridad pero a quien realmente habría que aplicar la austeridad no se le aplica, como por ejemplo a la Iglesia Católica; este es un tema tabú, al que difícilmente se menciona; en algunas ocasiones, se recuerda la necesidad de cambiar los tratados y acuerdos en los que se apoya su posición política, económica y social, pero todo se lleva a cabo de una manera muy suave y para que no se molesten mucho los jerifaltes de la Iglesia Católica.

En cuanto a la reforma fiscal, no se encuentra en la opinión pública una posición de referencia que sea clara y rotunda del PSOE. Algunos impuestos se manosean más por su cariz electoral que por otra cosa, y no se aborda una reforma fiscal global que modifique la fiscalidad en este país. Ahora el PP va a poner en marcha una serie de medidas para luchar contra el fraude fiscal, para lavarse la cara ante la sociedad, para justificar la vergonzosa amnistía fiscal que de modo tan obsceno favorece a los grandes patrimonios y al dinero negro oculto a la Hacienda Pública; según los técnicos del Ministerio de Hacienda, la verdadera lucha contra el fraude fiscal se tiene que encaminar a la prohibición por la Banca de la utilización de los paraísos fiscales, contra las grandes empresas y contra los ricos y superricos; entre estos tres grupos se acumula más del 70 % del fraude fiscal al Estado Español.

En otro orden de cosas, pero sin salir del programa neoliberal, se están proponiendo pactos con el PP para dar una imagen de unidad frente a Europa, la que permita, según se razona, resistir mejor la presión de los mercados; se quiere ir de la mano del PP para dar confianza a los mercados. Se le quiere decir a la Comisión Europea, al FMI y a la UE que sigan aplicando las mismas políticas neoliberales que nos llevan a la ruina; entre todos las justificaremos, como las únicas posibles y así, nadie saldrá beneficiado electoralmente, todos seremos los perjudicados.
Se quiere la unidad del PP y del PSOE, precisamente para dar el visto bueno a las políticas de recortes que nos marcan Europa y la Banca Alemana. Así no vamos a ningún lado, hemos firmado el pacto fiscal para asegurar que quienes van a cobrar primero son los acreedores alemanes y que se les va a garantizar su deuda mediante recortes y más austeridad que indudablemente van a recaer sobre los sectores sociales más humildes.  No tiene mucho sentido querer dar una imagen de unidad frente a Europa, cuando lo que aceptaríamos con esa posición política, es aplicar más austeridad, una intensificación de la reforma laboral para bajar más los salarios y facilitar más el despido, recortar más en las pensiones y alargar la edad de jubilación, recortar y privatizar en la educación y en la sanidad, profundizar una reforma financiera que concede millones de euros a los bancos para tapar sus irresponsabilidades y así un largo etc. Se puede concluir que el PSOE debe establecer una oposición radical a todo lo que se planifica desde la derecha europea y española, de otro modo no hay ni habrá diferencias políticas con la derecha, ni se va a frenar lo que está haciendo la derecha.

Y aunque la política que se hace desde Madrid,  tiene una influencia y una repercusión muy importante en Extremadura; sin embargo, en la Comunidad Extremeña se perciben cosas muy diferentes. Aquí, el PSOE está haciendo una oposición clara y contundente a  todo lo relativo a los recortes y a las políticas de Monago, evitando que se aprueben en el parlamento ciertas propuestas de la derecha extremeña que van contra los ciudadanos y ciudadanas.

Desde el ejecutivo extremeño hay un ataque consciente contra los ayuntamientos para reducir al mínimo su capacidad de intervención en la vida de los municipios; es más, hay un intento serio de que desaparezcan como instituciones locales al servicio de los ciudadanos y ciudadanas. La derecha oculta sus planes y lo hace desde la manipulación informativa, ocultando y engañando a la población, para eso tiene el control de la inmensa mayoría de los medios de comunicación.  En estos momentos, hay que contrarrestar esas políticas con la información a todos los ciudadanos y ciudadanas, prestando una atención muy especial a las agrupaciones locales, y sobre todo, potenciando el trabajo en la sociedad civil, desde todos los frentes. El PSOE se tiene que movilizar en el trabajo en todos los estamentos de la vida social, en las AMPAS, en las Asociaciones de Vecinos y en los diferentes colectivos sociales.

La única manera de frenar la política de recortes de la derecha es con la movilización social y más aún, la única manera de hacer comprender a la dirección política nacional del PSOE, a los que marcan la política nacional, es con la movilización social.

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