sábado, 10 de diciembre de 2022

La vivienda y la dignidad de las familias extremeñas


 

Desde UED-PSLF tenemos que indicar que el 31 de diciembre termina el período que el Decreto 11/2002, de 25 de junio, establecía para la suspensión de los desahucios a las personas vulnerables económica y socialmente. Es decir, en breve período de tiempo, en menos de un mes, probablemente, muchas familias se encontrarán con convocatorias judiciales previas al lanzamiento. Los precios de los alquileres y el coste de los alimentos y materias básicas para la vida no paran de aminorar la capacidad de los ingresos de las familias.

Hasta la fecha, la Junta de Extremadura se ha dedicado a publicar acciones futuras previstas en el plan estatal de la vivienda para los años venideros, pero no ha tomado soluciones que pudieran hacer frente a problemas habitacionales que se multiplican en localidades extremeñas, desde Badajoz, Cáceres, Mérida hasta Talayuela.

En previsión de todo lo que pudiera ocurrir se aprueban o están en proceso de aprobación una serie de normas que en vez de hacer frente a la pobreza van dirigidas contra los pobres. No sólo la ley contra los pequeños robos, y lo contemplado en la nueva ley de vivienda del gobierno de coalición, el desalojo rápido de una ocupación en 48 horas, evitando el juicio de desalojo; mecanismo que beneficia muy especialmente a los bancos, fondos de inversión y grandes propietarios que son los que disponen de viviendas con el claro objetivo de la especulación mientras muchas personas y familias carecen de un mínimo espacio habitacional. De esta manera se mantienen los espacios vacíos para destinarlos a la especulación antes que las familias los utilicen según sus necesitadas.

Desde UED-PSLF exigimos que la Consejería de la Vivienda además de facilitar el acceso a las ayudas de alquiler con la eliminación de parte de la burocracia que se exige, se haga cargo de las viviendas que están en manos de la SAREB, de las entidades bancarias y de los grandes propietarios en diferentes localidades de Extremadura para cederlas en alquiler social.

También, es necesaria su actuación en otros casos. No sabemos qué pasa con las 90 viviendas del barrio de Suerte de Saavedra de Badajoz que el Ministerio del Interior lleva negociando desde hace años con la Junta de Extremadura, ni qué ocurre con las 220 viviendas de los Álamos en Mérida, ni la lentitud extrema en la adjudicación de las viviendas públicas en otras localidades como Almendralejo o Talayuela, etc.

En estos momentos en que se estudian en la Asamblea de Extremadura los presupuestos regionales es necesario que se concreten partidas para la adquisición de viviendas de particulares en venta en diferentes localidades al objeto de crear Bancos Locales de Viviendas, o que se establezcan claros programas de construcción de viviendas.

Por otro lado, sería muy necesario que los partidos políticos de la oposición en la Asamblea de Extremadura, especialmente los que se llaman de izquierdas, exijan medidas de la Junta de Extremadura para buscar soluciones a los problemas que previsiblemente se puedan producir al concluir el período de suspensión de lanzamientos del decreto 11/2022

No podemos consentir que en nuestra región haya cientos de familias que están pasando penurias por el estado físico de las viviendas y vivan en la angustia y el dramatismo de ser desalojadas por carecer de medios económicos para mantener alquileres inalcanzables para sus presupuestos familiares.

 

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