jueves, 1 de septiembre de 2022

Las privatizaciones y el empobrecimiento de Extremadura

 



La venta de los bienes públicos del Estado a los grandes capitales siguiendo el mandato de la UE nos ha metido en un embrollo que estamos pagando las clases trabajadoras. Los elevados precios de la energía eléctrica y en general de los recursos energéticos determinan una influencia en los precios de los productos básicos para la vida generando una inflación que arruina los salarios y las pensiones.

El origen de este saqueo a la población trabajadora se acentúa a partir de mediados de los años 90 cuando el gobierno del PSOE comienza la privatización de importantes empresas públicas que continua el gobierno de Aznar. El PSOE y en el mismo gado el PP han propiciado que en algunos sectores se hayan creado verdaderos monopolios que controlan los mercados estableciendo precios y condiciones de producción que les generan altos beneficios. Los grandes monopolios con el apoyo del Estado han llevado la pobreza y el atraso económico a Extremadura, y aún persisten en sus intentonas de acabar con toda la riqueza de nuestra región apropiándose de los recursos naturales. Así, el poder de estos oligopolios es tal que para incrementar sus ganancias vacían los pantanos para producir energía eléctrica que venden al precio de la obtenida con gas que es mucho más cara.

Sin embargo, la crisis del capitalismo no se detiene y las tasas de ganancia no siguen el curso y no responden al interés de los grandes capitales que para producir más y más barato sustituyen el capital variable (la fuerza de trabajo) por el capital constante (maquinarias y nuevos instrumentos tecnológicos). Para compensar estas caídas de las tasas de ganancia el capitalismo mundial recurre a las guerras, al robo y saqueo de los pueblos, y en el interior de los países como en el caso español a seguir con la venta de bienes públicos mediante la privatización de la sanidad, la educación, la imposición de duras condiciones laborales, etc.

Desde el PSLF y Una Extremadura Digna consideramos que la única forma de acabar con este robo a las clases trabajadoras es con un Estado que esté al servicio y en manos de las clases trabajadoras que revierta los grandes bienes públicos privatizados, y lleve a cabo la nacionalización y expropiación sin indemnización de las grandes corporaciones monopolistas de gas y combustibles preservando los derechos de los pequeños accionistas y estableciendo el control de los precios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario