domingo, 23 de enero de 2022

LOS CANTOS DE SIRENA DEL GOBIERNO REGIONAL EXTREMEÑO: TURISMO Y VIVIENDA

 


El proceso de adaptación que lleva a cabo el modo de producción capitalista para superar la crisis y entrar en una nueva fase expansiva tiene sus repercusiones en el espacio de explotación que es Extremadura. La modernización digital, la automatización, y el capitalismo verde que se quiere impulsar con los fondos europeos va a pasar de largo de colectivos que en un futuro inmediato van a tener que soportar un incremento de la violencia económica después de haber escuchado tantas promesas de progreso y desarrollo económico y social.

El futuro económico que nos prometen con los NGEU no está tan claro como nos quieren hacer ver. Según el último informe de OXFAM que toma como referencia los estudios de instituciones como el Banco Mundial, el FMI o el Credit Suisse, no superaremos los incrementos de la pobreza ni mejoraremos nuestros niveles de vida anteriores a la pandemia ni siquiera en 2030.

A pesar de todo, los fondos europeos (NGEU) están generando un desenfreno de ilusiones en nuestros políticos que no falta un día en el que nos detallen imaginarias “plataformas de lanzamiento hacia el progreso y el desarrollo de nuestra comunidad.

En esta idea se ha insistido en FITUR. En la feria internacional de turismo ha sido enorme el despliegue y afán de los gobiernos locales y del regional por ofrecer un marco de potencialidades turísticas: ambientales, culturales, gastronómicas, históricas, etc. Casi al mismo tiempo, la consejera de la vivienda no ha perdido el tiempo y ha informado de todo lo positivo que se avecina en el sector urbanístico y de la construcción, especialmente en ciertas facetas relativas a la adquisición y construcción de viviendas, las ayudas para la mejora de la eficiencia energética de los edificios y su rehabilitación, así como los presupuestos para las ayudas de alquiler.

No obstante, pese a este amplio marco de optimismo y de tantas potenciales expectativas, no podemos olvidar la realidad de una situación económica y social que presenta a miles de extremeñas y extremeñas con unos déficits exagerados en su bienestar. Los datos sobre los porcentajes de nuestra población en la exclusión social y en los límites de la pobreza indican un empobrecimiento generalizado a raíz de la pandemia.

Así, nos encontramos con un número importante de personas con enormes dificultades para acceder a una vivienda o a otros derechos sociales, con quienes perciben bajas pensiones no contributivas, ocho o nueve mil personas que reciben el ingreso mínimo vital o ayudas sociales con cantidades imposibles para vivir con dignidad, miles de obreros y obreras en la precarización laboral con contratos temporales o en la economía sumergida, el crecimiento de la explotación salarial a becarios y alumnos en formación y prácticas.

Los poderes políticos no pueden olvidarse de la realidad que subyace debajo de ese edificio que tiene mucho de ficticio e irreal que se levanta en eventos como FITUR o se construye en las informaciones de la CONSEJERIA DE MOVILIDAD, TRANSPORTE Y VIVIENDA.

Sin embargo, las señales que nos envían nuestros dirigentes no nos hacen ser optimistas respecto a que se vayan a tomar medidas políticas que resuelvan muchos de los problemas que tienen estos amplios sectores sociales de la comunidad extremeña. Lo único que nos queda es la movilización y organización como el único camino que nos hace ser optimistas y pensar que la lucha de clases también puede marcar la agenda y lograr conquistas importantes.

 

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