martes, 5 de enero de 2021

¿En qué ha quedado el fortalecimiento de los “valores republicanos?, Idelfonso Gómez


                                                      IDELFONSO GÓMEZ
Los valores republicanos no pueden ser entendidos de otra forma que la de contribuir a gobernar a favor de la cosa pública, de lo común a todos los ciudadanos; resolviendo, por tanto, las graves privatizaciones que afectan a la sanidad, la educación, los transportes, el suelo…, y ahora amenazan al sistema público de pensiones. 

Los valores republicanos tienen su relato más contradictorio en el sostén y apoyo a la monarquía heredera del franquismo que, realiza el gobierno de Sánchez, en tanto que basa su gestión en la colaboración directa con la privatizada jefatura del Estado, en manos de una familia aristocrática de millonarios que heredan dicha jefatura, y que, establecen todo tipo de privilegios situándose por encima de la ley, sin control democrático alguno. 

Manteniendo el pacto constitucional del 78, como se pretende, se niega todo cambio político e institucional, cuando el cambio político es la aspiración de la inmensa mayoría social.

El gobierno y el Rey comparten que la monarquía no está cuestionada, ocultando su falta de legitimidad que, deviene de sus orígenes franquistas, y su total falta de legalidad democrática. 

El gobierno se divide a la hora de impedir que las Cortes puedan investigar sobre la situación, o que el pueblo se pueda pronunciar acerca y respecto de quienes ostenta el poder del Estado ; sobre sus privilegios y corruptelas. 

Felipe VI, en su discurso habla de que “la ética esta por encima de las consideraciones familiares”, sin hacer referencia a las corruptelas de su padre que, se han desarrollado desde cuando este era titular de la Corona ;introduciendo la crisis de la institución en un limbo político y jurídico, que no es otro que el de la impunidad, que le hace ser una institución erigida contra la voluntad popular, sostenida por encima de la ley. 

 Un discurso- el real- que el mismo gobierno supervisa mediante control directo de la presidencia del Gobierno. Más allá del mismo discurso pactado entre la Zarzuela y la Moncloa está la división gubernamental sobre el asunto entre los partidos que lo componen, y ello-también- en torno a la propuesta de” ley de la Corona”. 

Simancas, secretario general del grupo socialista en el Congreso salió al paso del debate para abortarlo: “Nosotros creemos que la Corona está perfectamente regulada en la Constitución. La Jefatura del Estado es una institución básica en el funcionamiento de nuestra democracia. Lo que tenemos que hacer es dejar a la Corona al margen de la controversia política

 


La palabra clave de la política monárquica de los dirigentes del PSOE y del Gobierno, en nuestros días no es otra que “renovación”, renovación de la Corona, en tanto que confían en que el Rey “siga adelante con la renovación de la institución”; cuando la única renovación democrática de la monarquía posible, no es sino la proclamación de la república. 

El abandono de la lucha contra la explotación y la opresión, el abandono de la lucha por la democracia y las reivindicaciones sociales que ha caracterizado a los gobiernos del PSOE, como sostén principal de la monarquía, tal y como sucedió con F. González, con Zapatero y ahora con Sánchez…, plantea la necesidad de un partido fundado en la independencia política de los trabajadores: un partido socialista republicano, partidario de la libre autodeterminación de los pueblos y, de la expropiación de los grandes capitales.

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