Un pleno con más de la mitad de los escaños vacíos, con
únicamente dos de los cinco miembros de la Mesa presentes, y sin ninguno
de los dos secretarios de la misma que son los destinados a redactar el
acta. En un tiempo se sabrá si lo celebrado ayer tiene validez legal o
no, pero lo cierto es que no se pudo tomar ningún tipo de acuerdos
porque no había el número suficiente de diputados presentes en la
Asamblea, 33.
El PSOE piensa impugnar el pleno porque a su juicio
carece de validez al no haber ningún secretario presente, y por tanto no
puede haber acta firmada según el artículo 60 del reglamento de la
Cámara.
El PP defendía la celebración de la sesión a capa y
espada, IU había hecho encaje de bolillos impidiendo que se aplazara
pero anunciando a la vez que no irían en solidaridad con la huelga de
trabajadores, y el tercer grupo, el PSOE, mantuvo el suspense hasta el
último minuto aunque al final hizo lo que este diario indicaba ayer como
más probable: no acudir al hemiciclo.
El resultado fue que durante una hora, la que duró el
pleno, el presidente de la Junta José Antonio Monago, el portavoz de su
grupo parlamentario popular Luis Hernández Carrón, y el consejero de
Economía y Hacienda Antonio Fernández se dedicaron a hablar para sí
mismos, y recibieron los aplausos de los suyos.
Como púgiles sin rival, vapulearon aunque sin mayor
agresividad a un PSOE ausente, boxeadores dando ligeros puñetazos a un
saco colgado de la cuerda y movido al vaivén de los golpes.
A las diez de la mañana, hora prevista del comienzo de la
sesión, y mientras el presidente de la Cámara Fernando Manzano recorría
con su vista los escaños de IU y PSOE, vacíos, los diputados
socialistas formaban en una escaleras en el exterior del edificio, en
torno a su líder Fernández Vara, para explicar su ausencia.
Esta contingencia había sido prevista por Manzano y el
PP, que aplicó en primer lugar el artículo 131 del reglamento de la
Asamblea para comprobar que en efecto no había quórum suficiente, y que
procedía una aplazamiento momentáneo del pleno, y en segunda instancia
leyó y advirtió de que iba a aplicar también el 132, que dispone que
cuando existen indicios suficientes de obstruir las actividades normales
de la Cámara, y tras advertir a los portavoces responsables, abriría la
sesión con los diputados que hubiera.
La Mesa, medio vacía
Media hora después, a las 10.30, reanudó la sesión con
los 32 diputados del PP, incluidos los dos únicos que había en la Mesa,
el propio presidente Manzano y la vicepresidenta primera Consuelo
Rodríguez; ni rastro del otro vicepresidente Ramón Ferreira (PSOE) ni de
los secretarios Alejandro Nogales (IU) y Ana Fernández (PSOE).
En la historia del Parlamento extremeño ha habido
ocasiones en que la oposición de centro derecha al PSOE o no ha ido al
pleno, o lo ha abandonado durante su celebración, pero como los
socialistas siempre tuvieron mayoría absoluta nunca hubo falta de quórum
para tomar acuerdos, circunstancia que se dio ayer por primera vez.
Por eso no se pudieron debatir dos propuestas de impulso
promovidas por el PP, y que requerían votación; además una tercera, la
reforma del reglamento para que IU pueda formar grupo parlamentario (no
solo agrupación de diputados) con tres escaños en lugar de cinco, la
retiró el presidente Manzano igual que la había incluido en el orden del
día.
En la segunda parte de la sesión de ayer Manzano leyó los
escritos que había dirigido previamente a los dos grupos ausentes
advirtiéndoles de lo que consideraba obstruccionismo parlamentario, lo
que le daba derecho a reabrir el pleno sin ellos.
El presidente de la Asamblea acusó a los socialistas de falta de ética y de dignidad.
Añadió que si hubiera querido podía haber impedido
también la rueda de prensa que los socialistas dieron en el exterior del
edificio para explicar por qué no entraban en el pleno, pero Manzano no
lo hizo para «no elevar la tensión». En su opinión mientras se celebra
un pleno no puede haber ninguna otra actividad.
Fernández Vara explicó los motivos ya anteriormente
anunciados para no acudir a la sesión. Lo habrían hecho de no haberse
pospuesto, por los votos unidos de PP e IU, la comparecencia pedida por
los socialistas a la vicepresidenta y consejera de Empleo de la Junta,
Cristina Teniente, para que explicara las repercusiones en la región de
la reforma laboral.
Por lo que se ve el PP hace lo que le da la gana; no le importa que el pleno tengs quorum o no. A eso es a lo que están acostumbrados.
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