http://www.publico.es/espana/426777/el-obispo-de-cordoba-compara-el-aborto-con-la-sangria-de-muertos-en-las-guerras
Que el obispo de Córdoba, uno de los religiosos más conservadores de Iglesia en España, arremeta contra el aborto, no supone ninguna sorpresa.Sin embargo, como ya es habitual en sus cartas, Demetrio Fernández recurre de nuevo a los argumentos más radicales y se atreve esta vez a comparar la interrupción voluntaria del embarazo con la "sangría" de muertos que dejan las guerras.
Las cifras que maneja el obispo hacen referencia a "más de un millón de muertos" en España a causa del aborto, "cerca de 2000.000" en Andalucía y "en torno a 12.000" en Córdoba.
"Más muertos que en la guerra, una guerra silenciosa en contra de la vida, que además es presentada en tono de progreso", llega a afirmar el obispo en la nueva misiva dirigida a sus fieles 'Ama la vida, toda la vida', y en la que asegura que el el aborto es "todo un negocio que esconde beneficios de millones de euros".
Pero lejos de conformarse con tales comparaciones, Demetrio Fernández abraza como no podía ser de otra manera lo que se ha convertido en eje del discurso de la Iglesia, defensores provida y otros sectores conservadores en la lucha contra el aborto: apropiarse de la defensa de la vida y presentar a quienes defienden el aborto o la eutanasia como enemigos de la misma. Por eso presenta a los cristianos como los "amigos de la vida" y llama a la movilización urgente para "apoyar a las madres que quieren llevar adelante su embarazo, aunque haya sido no deseado" y poner en práctica "una formación afectivo-sexual de los jóvenes y de los adultos que rompa el cerco de la anticoncepción, una mentalidad que se opone a la vida como si fuera una desgracia el nacimiento de un nuevo hijo".
Demetrio Fernández ya levantó polvaredas de quejas cuando en una carta escrita hace un par de meses afirmó que"algunas escuelas de Secundaria, dentro de los programas escolares" incitaban a los jóvenes "a la fornicación" , de la que él, decía, hay que "huir". Lejos de arrepentirse o matizar sus palabras, el obispo se mostró "muy contento" por la repercusión mediática que tuvieron sus escritos.
Que el obispo de Córdoba, uno de los religiosos más conservadores de Iglesia en España, arremeta contra el aborto, no supone ninguna sorpresa.Sin embargo, como ya es habitual en sus cartas, Demetrio Fernández recurre de nuevo a los argumentos más radicales y se atreve esta vez a comparar la interrupción voluntaria del embarazo con la "sangría" de muertos que dejan las guerras.
Las cifras que maneja el obispo hacen referencia a "más de un millón de muertos" en España a causa del aborto, "cerca de 2000.000" en Andalucía y "en torno a 12.000" en Córdoba.
"Más muertos que en la guerra, una guerra silenciosa en contra de la vida, que además es presentada en tono de progreso", llega a afirmar el obispo en la nueva misiva dirigida a sus fieles 'Ama la vida, toda la vida', y en la que asegura que el el aborto es "todo un negocio que esconde beneficios de millones de euros".
Pero lejos de conformarse con tales comparaciones, Demetrio Fernández abraza como no podía ser de otra manera lo que se ha convertido en eje del discurso de la Iglesia, defensores provida y otros sectores conservadores en la lucha contra el aborto: apropiarse de la defensa de la vida y presentar a quienes defienden el aborto o la eutanasia como enemigos de la misma. Por eso presenta a los cristianos como los "amigos de la vida" y llama a la movilización urgente para "apoyar a las madres que quieren llevar adelante su embarazo, aunque haya sido no deseado" y poner en práctica "una formación afectivo-sexual de los jóvenes y de los adultos que rompa el cerco de la anticoncepción, una mentalidad que se opone a la vida como si fuera una desgracia el nacimiento de un nuevo hijo".
Demetrio Fernández ya levantó polvaredas de quejas cuando en una carta escrita hace un par de meses afirmó que"algunas escuelas de Secundaria, dentro de los programas escolares" incitaban a los jóvenes "a la fornicación" , de la que él, decía, hay que "huir". Lejos de arrepentirse o matizar sus palabras, el obispo se mostró "muy contento" por la repercusión mediática que tuvieron sus escritos.
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