martes, 8 de mayo de 2012

La última familia desahuciada duerme en la calle desde el jueves Han montado un campamento con tres tiendas de campañas en el solar trasero al bloque donde vivían

Cuando desahuciaron a Antonio Torres y su familia el pasado jueves del piso de Suerte de Saavedra por continuos impagos, el padre decía que no iban a tener más remedio que dormir en la calle. En un principio parecía un lamento exagerado, pero con el paso de los días, la historia no tiene nada de exageración.
La familia Torres Ortiz ha montado un campamento en el solar trasero al edificio donde vivían con tres tiendas de campaña que les han dejado los vecinos. En la más grande guardan algo de comida que le llevan los vecinos y un colchón roto que encontraron hace dos noches en un contenedor. En las otras dos, bastante más pequeñas, las abren sólo para dormir.
El campamento lo completa un coche lleno de mantas, un sillón roto y una pequeña hoguera a base de maderas.
A la hora de dormir se reparten como pueden, aunque en los últimos días dicen que no han pegado ojo.
Los seis niños que según Antonio también vivían con él cuando le desahuciaron ahora se han mudado con los otros abuelos para que nadie les acuse de tener a los menores viviendo en la calle.
El campamento de los Torres Ortiz no pasa desapercibido. Además de la enorme tienda de campaña y la hoguera, desde lejos también se ven dos pancartas en las que se leen: «Queremos una segunda oportunidad».
Pamela Torres, una de las hijas de Antonio, explica que sobreviven gracias, en parte, a la solidaridad de los demás. Los vecinos les llevan comida y café y han llamado a Cruz Roja para que les provea de algunos víveres.
Los nueve adultos no tienen otros ingresos que los 426 euros de ayuda social que recibe Pamela.
Pero de aquí también tiene que salir algo para mantener a sus cuatro hijos. Cuenta que no tiene más remedio que vivir con sus padres porque tiene una minusvalía del 50%.
Pamela y sus hermanos piden a la Junta que reconsideren el desahucio porque sus padres están enfermos y no tienen sitio donde ir. Antonio sufre un problema pulmonar que le ha obligado a visitar el médico varias veces en los últimos días y Manuela, la madre, ha quedado incapacitada tras sufrir dos ictus.
En esta segunda oportunidad que piden se comprometen a firmar un acuerdo de pago escalonado hasta saldar la deuda de 10.000 euros que tienen la consejería de Fomento. «No podemos pagarlo en diez días como nos dijeron, pero sí poco a poco como hace todo el mundo aquí en el barrio».
En una nota pública que mandó la delegación del Gobierno se explicaba que Fomento ejecutó el desahucio tras «el grave y reiterado incumplimiento de las obligaciones derivadas del contrato de arrendamiento».
Al parecer, según lo explicado por la delegación, Antonio y su familia acumulaban 286 meses sin pagar y no respondieron a los «reiterados requerimientos» que le hizo la consejería de Fomento.
De momento, la familia se dedica a recoger firmas de apoyo entre los vecinos. Pamela Torres también deja claro que ellos no son una familia conflictiva y pone como ejemplo la comida que les acercan sus vecinos y la gente que se acerca a interesarse por ellos.

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