Como no cabía esperar otra cosa, las medidas de reconstrucción, lo son de
apoyo, nuevamente, a los bancos y a las grandes empresas multinacionales que
presenten proyectos en la línea definida por Bruselas: los nuevos negocios de
la “economía verde”, la digitalización, robotización, nuevas tecnologías, pero
“dejando atrás” a millones de parados, desahuciados, precarios…
El problema que se plantea, por tanto, al gobierno de Pedro Sánchez es con
qué votos y alianzas piensa sacar adelante, junto con la protección a ultranza
de la Corona y sus instituciones corruptas, las leyes y decretos profundamente
antisociales a que le obliga la Unión Europea para acogerse al goteo de las
ayudas extraordinarias (aumentando, a la vez, una deuda desorbitada y ruinosa
como hipoteca para un futuro muy próximo).
Demasiadas “líneas rojas” que, pese a los muchos renuncios y complicidades
hasta ahora asumidos por distintas fuerzas políticas y sindicales para salvar
al “gobierno progresista”, pueden llevar a quebrar la mayoría social y política
sobre la que todavía se sostiene. Sus consecuencias no pueden ser otras que, o bien
Sánchez se encamina a modificar el cuadro de alianzas sobre las que mantenerse
en el gobierno o, más pronto que tarde, abre el camino a que las fuerzas de la
derecha vuelvan a recuperar directamente el poder, para aplicar “sin complejos”
las medidas más antisociales.
Los sindicatos mayoritarios, CCOO y UGT, pese a ser renuentes a una
movilización masiva y presentar muy moderadas reivindicaciones, se siente
obligados a convocar concentraciones el próximo 11 de febrero, frente a la
negativa del gobierno a subir el salario mínimo según lo acordado, así como
echar atrás las contrarreformas laborales vigentes y el plan “Escrivá” contra
las pensiones públicas (disminuir el número de jubilados, la cuantía de las
pensiones, pero, sobre todo, poner las bases para el impulso de los planes
privados).
Solo la movilización masiva puede frenar los planes que ya tiene en cartera
el gobierno Sánchez. Pero la defensa urgente de las reivindicaciones sociales y
democráticas, ante la ofensiva que se avecina, exige que el conjunto de fuerzas
políticas (dentro y fuera del gobierno), organizaciones sindicales y colectivos
sociales, que dicen defender a los trabajadores y a la mayoría social, rompan
con las imposiciones inaceptables de la Unión Europea, con sus representantes y
emisarios en el Pacto de Toledo, la Comisión para la Reconstrucción al dictado
de la CEOE,…
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