El Gobierno, con sus presupuestos en la mano (dictados por
la Unión Europea en interés de los grandes empresarios), prorrogan la
contrarreforma social con la privatización de las pensiones; el
desmantelamiento de la sanidad como sucede con la atención primaria, y con la
misma educación…Impidiendo la renovación de todos los contratados de las
administraciones, cuando vuelve una nueva ola de pandemia que exigiría la
contratación, y no el despido de trabajadores en servicios públicos esenciales.
Las listas de espera hospitalaria, las restricciones en centros educativos, los
desahucios y lanzamientos diario de 122 familias de sus casas no van si no a
provocar nuevas huelgas y movilizaciones.
Reclamamos el libre
derecho de huelga y de manifestación; ya que no ha sido sino a través de la
movilización general que nuestra sociedad ha avanzado social y políticamente,
siempre con el impulso de los trabajadores. Recordemos los logros de las
grandes huelgas de nuestra historia, como la jornada de 8 horas, conseguida
tras 44 días, en 1919, por la huelga general de “La Canadiense”, las huelgas
mineras asturianas en plena dictadura franquista… Y la más amplia de las
huelgas generales celebradas, la que tuvo lugar en 1988 contra el Gobierno de
Felipe González para tratar de impedir la extensión por ley de los empleos
basura, que se acabaron imponiendo.
La huelga general es el arma principal de la lucha social de
los trabajadores. No podemos, por tanto, dejar de citar la Huelga General
Revolucionaria de 1917, convocada contra el gobierno de la Monarquía de Alfonso
XIII, y dirigida por CNT, UGT y el mismo PSOE; con un Comité de Huelga estatal
integrado, entre otros, por Francisco Largo Caballero. Una pregunta hay que
formular al respecto: ¿De qué tradición obrera y democrática (de huelga) se
reclaman los actuales dirigentes de PSOE y de UGT? Esperamos la respuesta. ¿
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