En la medida que se avanza
en el conocimiento de los avatares relacionados con la huida del Borbón queda
claro que toda la movida no es otra cosa que un acto preparado por el Rey, su
heredero, y el gobierno de coalición, con la especial intervención de Pedro
Sánchez y el PSOE que tratan de controlar la situación de crisis del régimen
monárquico.
Con esta acción controlada y
prevista se pretende dar estabilidad a la Monarquía dadas las críticas que encuentran
entre amplios sectores de la población española los negocios del Rey Emérito
que según parece pueden tocar al heredero, “el preparao”.
Los poderes políticos y
mediáticos están desencadenando una campaña propagandística para salvar a
Felipe VI, y darnos a entender que el problema es de su padre. A todas luces no
pueden evitar que el sistema está corrompido hasta sus tuétanos con una Monarquía
que conforma y coadyuva a toda la estructura de los aparatos del estado.
Sin embargo, la tarea que
tienen aquellos para controlar y diluir en la medida de lo posible la difícil situación
actual de la monarquía y la huida del emérito sin méritos es bastante
complicada, si tenemos en cuenta que desde finales de agosto comienza un carrusel
con frecuentes citas judiciales y políticas de los actores principales de esta trágico-comedia
hispana.
Durante los años de la dictadura
franquista ha habido un enriquecimiento y una acumulación de dinero que se ha
prolongado impunemente en estos años de pseudodemocracia borbónica. El cobro de
los diezmos y mordidas han ido a parar a los bolsillos de políticos,
empresarios y monarcas, dando lugar a un Estado en donde la corrupción campa a sus
anchas.
El reverso de esta opulenta
y obscena realidad, es la tremenda injusticia de que haya presos políticos y
artistas perseguidos y condenados a años de cárcel por denunciar todas aquellas
tropelías que en los diferentes órdenes de la vida han cometido los Borbones y que
ahora salen a la luz pública.
Mientras tanto, pocas voces se oyen que exijan una intervención judicial rápida, que denuncien y exijan la investigación de las propiedades, la evasión de impuestos y los dineros obtenidos en los cobros de comisiones y mordidas por las actuaciones que de intermediario comercial realizaba Juan Carlos I, que de modo evidente reclama la justicia suiza y ponen de manifiesto las declaraciones de su amante Corina.
En estos momentos lo que cabe
es una llamada general a todas las clases trabajadoras y sectores populares a la
participación y a la movilización contra la monarquía y por la ruptura de todas
las estructuras del régimen monárquico que nos gobierna.
No hay más solución para
derrotar a los desmanes del capitalismo que luchar por una serie de medidas que
son imprescindibles para avanzar hacia una sociedad más justa:
1.-Constitución de una Banca
Pública con la expropiación de la Banca Privada.
2.-Negativa a pagar la deuda
pública, y ruptura con la Unión Europea.
3.-Nacionalización de las
grandes empresas de producción y distribución para ponerlas al servicio de quienes
crean la riqueza de este país: las clases trabajadoras, trabajadores autónomos
y pequeños empresarios.
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