Ildefonso Gómez
Tanto por el número de muertos como de contagiados los
Estados Unidos refleja en sus datos las profundas deficiencias que encierra
contra la población más pobre su sistema económico y político. Estados Unidos y
América Latina obligan a millones de personas a elegir entre el hambre y la
epidemia. Un sistema que nunca fue capaz de superar la crisis de 2008,
acumulando por el contrario los elementos de una nueva recesión internacional
que ha amontonado en general una inmensa deuda y bajado la productividad.
Las primeras manifestaciones de la crisis económica ha sido
la de la caída vertiginosa y generalizada del Producto Interior Bruto (PIB).
Los mentores del sistema capitalista e imperialista tratan de dar la vuelta a
la crisis aprovechando sus consecuencias en beneficio de sus intereses y
privilegios de clase.
Los gobiernos preparan- por ello-las formas de hacer pagar a
los trabajadores y los pueblos las consecuencias de la crisis sanitaria y
económica, tal y como hicieron en la recesión de 2008, agravando el
estancamiento y la deuda. Los salarios y las pensiones, las rentas del trabajo
se verán por ello afectadas por los planes de austeridad, y la sobreexplotación
tratando de relanzar la economía reduciendo sensiblemente el número de
trabajadores, forzando el restablecimiento de la tasa de ganancia.
La gestión de la crisis sanitaria ha sido la gota que ha
desbordado el vaso, acumulando modos que se aproximan al genocidio de sectores
sociales empobrecidos y marginalizados. La polarización social no ha venido
sino a alterar en profundidad las relaciones políticas. Antes de la pandemia,
el país que ejerce como gendarme imperialista mundial, reflejaba un alto índice
de muertes por miseria social que se ha multiplicado con la llegada del
coronavirus, mientras multiplicaba sus gastos policiales y militares. La
juventud que se concentro en las campañas de los socialistas de Sanders no ha
dudado por ello en unirse a la movilización antirracista, estructurando una
amplia red de colaboración social contra la represión, para defender los
puestos de trabajo y la vivienda. Movimiento que ha comenzado a influir en
sectores de la clase trabajadora.
Todo parece indicar
que el pico de la crisis de salud pública está aún por llegar, tanto en EEUU,
América Latina y África…y para muchos países, aquellos dominados por las
grandes potencias, necesitan medios financieros que no encuentran, pero que
pueden obtener del no pago de la deuda. El derecho internacional respalda la
suspensión del pago de la deuda pública por estado de necesidad, cambio
fundamental de circunstancias y por fuerza mayor.
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