A finales de abril, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, presentó
los presupuestos más restrictivos de la democracia, donde todas las
partidas sociales sufrieron el hachazo conservador, incluída la
educación. Sin embargo, como ciertos irreductibles galos, la asignatura
de religión aguantó la tormenta y se libró de los recortes.
A día de hoy, mantener la plantilla de personas que imparten religión
en la escuela le cuesta al Estado más de 500 millones de euros, según
calcula la organización Europa Laica. "La Conferencia Episcopal extiende
sus tentáculos de poder sobre los más de 27.033 centros de Enseñanzas
de Régimen General no Universitarias que existen en España, y mantiene
su capacidad de influencia en un área clave para cualquier sociedad como
es la educación de los menores", denuncia la organización en un
comunicado.
"Un alumno que da clases de religión pierde unas 1000 horas lectivas en toda la etapa obligatoria"
Además del coste económico para las arcas públicas, Europa Laica
recuerda que los profesores de religión son elegidos a dedo por la
Iglesia. "Los obispados elaboran sus listas según los objetivos que
tengan, no según los criterios de igualdad, mérito y capacidad de los
profesores de materias no religiosas, que sí han aprobado oposiciones, y
después los despiden si no cumplen sus mandamientos", explica Francisco
Delgado, presidente de la asociación. Sólo algunos de estos casos, como
el de la profesora Resurrección Galera, despedida en 2002 por contraer
matrimonio civil con un hombre divorciado y que por fin este mes ha
terminado el litigio, llegan a los medios de comunicación, pero, según
Delgado, "este tipo de situaciones son muy comunes".
El auge de la financiación de la religión en las escuelas contrasta con
la progresiva secularización de la sociedad española. Según admitía la
propia Conferencia Episcopal (CEE) a principios de año, las matrículas
de religión caen curso tras curso. "Todos hemos de trabajar para que los
niños y adolescentes no se vean privados de los conocimientos
necesarios para su formación religiosa", alertaron los obispos.
Delgado denuncia que la situación se produce justo al contrario. "Se
está secuestrando a los chicos que no dan religión porque otros niños
piden la asignatura, y se saca a los primeros de las aulas, se los lleva
a la biblioteca, o a hacer otras actividades de relleno", asegura, y
señala que en España existe una "segregación por motivos religiosos".
"No sólo hay discriminación con los alumnos. Nos llegan muchas denuncias
de profesores que para entrar en colegios concertados han tenido que
pasar pruebas que pertenecen al ámbito católico", apunta.
Ofensiva integrista contra los derechos civiles
La propuesta de Europa Laica es sacar la religión del horario lectivo.
No sólo se producen, según denuncian, un "adoctrinamiento" de los
menores y un gasto excesivo para el Estado, sino que, además, estiman
que un alumno que dé clases de religión pierde aproximadamente 1000
horas lectivas en toda la etapa obligatoria, "lo que equivale a un curso
escolar completo".
Delgado recuerda que, de momento, no hay diferencias en este sentido
entre el anterior Ejecutivo del PSOE y el actual, pero no cree que las
cosas vayan a mejorar con el PP, sino más bien al contrario. "El
Gobierno pretende, ya no españolizar a los alumnos, sino cristanizarlos
aún más", sostiene, y adelanta que la propuesta del Gobierno de cambiar
la LOE dará aún más privilegios a los profesores de religión. "Hay una
ofensiva integrista en todos los ámbitos, que está afectando a derechos
civiles como el aborto, la muerte digna y la libertad de conciencia o
expresión. Detrás de ello hay una moral religiosa muy potente en todo el
mundo. Lo estamos viendo en países como México, Grecia, Marruecos o
España".
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